La demanda interna (que mide el consumo, la inversión y el gasto) fue la que contribuyó a la subida del PIB portugués en el segundo trimestre, debido, sobre todo, al aumento de la inversión interna.
Por el contrario, el balance de las exportaciones netas fue negativo, consecuencia de la caída de las exportaciones de bienes y servicios.
De esta manera, se mantiene la tendencia al alza del primer trimestre de este año, donde el PIB también aumentó un 2,8 % con respecto al mismo período del año anterior.
Además, en comparación con el primer trimestre de 2017, la economía de Portugal experimentó un crecimiento del 0,2 %.
La tendencia de la economía lusa en este 2017 se sitúa en datos similares a los de hace diez años, ya que 2007 cerró con una subida del PIB del 2,8 %.
En 2014, el PIB subió un 0,9 %; en 2015 ascendió hasta el 1,5 % y el año pasado el avance final fue del 1,4 %.
Para este año, el Gobierno portugués estimó que la economía crecerá un 1,8 %, un pronóstico que supera la previsión de la Comisión Europea (CE), que proyecta una subida del 1,7%.