El nuevo paquete pondrá a disposición de la iniciativa privada la administración de 14 aeropuertos, 11 lotes de líneas de transmisión eléctrica y 15 terminales portuarias, además de la ya anunciada Eletrobras, entre otras compañías de carácter estatal.
El Gobierno del presidente Michel Temer espera recaudar a partir de este año cerca de 44.000 millones de reales (unos 14.000 millones de dólares) en el marco de un ambicioso plan de privatizaciones y concesiones que se inició cuando el mandatario llegó al poder el año pasado tras la destitución de Dilma Rousseff.
"Tenemos resultados que nos permiten decir que el programa (de privatizaciones) ha contribuido de manera efectiva a la economía brasileña tanto para la creación de nuevos empleos, como de inversiones y mejoras en diversos sectores", afirmó el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Wellington Moreira Franco, en una rueda de prensa.
En septiembre del año pasado, el Gobierno anunció otro paquete con una treintena proyectos de privatizaciones y concesiones, algunos de los cuales ya han sido concluidos.
La puesta en marcha de esta segunda fase fue decidida hoy en una reunión del Consejo del Programa de Asociaciones en Inversiones (PPI) de la Presidencia, un órgano multiministerial que es el que decide cómo se realizan los procesos de privatización de estatales brasileñas y las concesiones a la iniciativa privada.
Entre las nuevas propuestas está el aeropuerto de Congonhas, en Sao Paulo, que es el segundo mayor del país con un movimiento de unos 21 millones de pasajeros al año, y la Casa de la Moneda, entidad encargada de la impresión de los billetes de real y los pasaportes.
La estrategia del Gobierno brasileño responde a la delicada situación que atraviesan las cuentas públicas del gigante suramericano, cuya meta de déficit fiscal para este año es de 159.000 millones de reales (unos 49.680 millones de dólares), lo que supondría cerrar por cuarto año consecutivo en negativo.