En concreto, los precios de la energía subieron en agosto un 4% interanual, frente al 2,2% del mes de julio, mientras que el precio de los alimentos frescos subió un 0,6%, en línea con el incremento del mes anterior, y el precio de los servicios aumentó un 1,6%, igual que en julio.
Por su parte, el precio de los alimentos procesados, el alcohol y el tabaco ha experimentado en agosto una subida interanual del 2%, una décima por encima de la registrada en julio.
De este modo, la tasa de inflación de la zona euro sin tener en cuenta el impacto de la energía se situó en el 1,2%, en línea con el dato de julio, mientras que la inflación subyacente, que además de la energía excluye el efecto de la evolución de los alimentos frescos, se mantuvo estable en el 1,3%.