Los socios y aficionados del Atlético de Madrid ya han disfrutado del primer partido en el estadio Wanda Metropolitano, saldado con la victoria ante el Málaga gracias a un gol del francés Antoine Griezmann.
Ahora solo queda pagar a Carlos Slim. El empresario mexicano que, a través de un crédito de 163 millones de euros concedido por su banco Inbursa, posibilitó que el club presidido por Enrique Cerezo garantizara el pago de las obras a FCC, la constructora que el magnate azteca controla de facto al 81%, teniendo en cuenta la prenda del 20% que tiene sobre los derechos de voto de Esther Koplowitz y sus hijas.
Cambio de planes
En principio, FCC había firmado, en junio de 2011, un contrato para la ejecución de las obras por un importe de 218,7 millones de euros, a cambio de quedarse con los derechos urbanísticos que correspondían al Atlético de Madrid en la operación Mahou-Calderón. Pero todo cambió en 2015, cuando Slim salió al rescate de FCC y tomó el control del grupo encabezado por la familia Koplowitz. Se topó con algunas operaciones de incierto futuro sobre las que decidió tomar decisiones para asegurar el cobro de los contratos.
Una de estas actuaciones revisadas por el empresario azteca fue el proyecto de construcción del nuevo estadio del Atlético de Madrid sobre la base de la antigua Peineta. A la vista de los continuos reveses judiciales y la incertidumbre sobre la edificabilidad final del ámbito Mahou-Calderón, Slim cortó por lo sano y decidió resolver el contrato inicial.
Reversión de derechos de FCC al Atlético
Así, FCC renunciaba a los derechos urbanísticos al ser evidente que, con la llegada del nuevo equipo de gobierno municipal presidido por Manuela Carmena, la edificabilidad inicial de 175.000 metros cuadrados se vería notablemente reducida, como así ha sido, al quedarse finalmente en 147.000 metros. De esta manera, la constructora revertía esos derechos al Atlético y se limitaba a terminar las obras.
Y es aquí donde Slim aparece como salvador para hacer viable la operación con el otorgamiento del préstamo a un tipo superior al 4%. Mataba dos pájaros de un tiro. Garantizaba que FCC cobraría las obras sin demora alguna e introducía varias cláusulas para recuperar lo prestado hasta 2021, ante la incapacidad financiera del Atlético para amortizar el préstamo al finalizar las obras del Wanda Metropolitano, el estadio que acogerá la final de la Champions League en 2019.
Slim impone garantías para recuperar el préstamo
Entre ellas, una garantía principal ligada a la venta por parte de los derechos urbanísticos del Atlético de Madrid en la operación Mahou-Calderón y otras tres relacionadas con el pago a Slim de parte de los ingresos del club por abonos, derechos de retransmisión y contratos comerciales y publicitarios.
De acuerdo al reparto final de la edificabilidad pactado entre el Ayuntamiento de Madrid y los dos propietarios de los terrenos (el Atlético y Mahou), tanto el club como la cervecera se reparten el 90% a partes iguales, quedándose el consistorio con el 10% restante por la cesión legal del aprovechamiento lucrativo. Así, el Atlético dispondrá de 66.172 metros cuadrados, de los que 58.753 metros son para construir vivienda libre y los 7.400 metros restantes para uso terciario.
Unos 120 millones en la operación Mahou-Calderón
Con la subida de los precios del suelo registrada en los últimos años en la capital y la referencia de las compraventas cerradas en los últimos meses en zonas céntricas de la capital, el Atlético obtendría, sin mayores problemas, unos 120 millones de euros, con esos 1.800 euros por metro cuadrado que se están pagando. Lejos de los 155 millones en los que el club valoraba, a 30 de junio de 2016, estos derechos, e insuficientes para amortizar en su totalidad el préstamo otorgado por Slim.
A falta de que esta venta se lleve a término y de que el Atlético aporte las cuentas a 30 de junio de 2017, hasta junio de 2016 Slim se aseguraba cobrar 7,3 millones anuales de los ingresos recabados por abonados hasta la temporada 2018-2019, otros casi 25 millones de los derechos de retransmisión que el club recibiera durante la pasada temporada 2016-2017 y 2,5 millones anuales más por un contrato de patrocinio por la presente temporada y la siguiente. En el caso de que los derechos urbanísticos se hubieran hecho efectivos durante la temporada pasada, Slim hubiera recibido casi 65 millones de euros. Pero no fue así.
Cuentas del Atlético y novación de las garantías de Slim
Cuando dentro de unos días, el Registro Mercantil recoja las cuentas del Atlético de Madrid hasta el pasado mes de junio, la continuidad de la buena marcha deportiva volverá a dejarse notar, y se superarán los 219 millones de ingresos registrados en la temporada 2015-2016, con un aumento del 36% respecto a la anterior.
El desglose de ese volumen de negocios fue de algo más de 87 millones por ingresos deportivos, casi 23 millones aportados por abonados y socios, 68 millones procedentes de retransmisiones y 40 millones de ventas comerciales y publicidad. A la vista de estos resultados, habrá que ver en qué términos quedan ahora las garantías de cobro de la deuda pendiente por parte de Slim, una vez reducidas las cantidades ya abonadas por parte del Atlético.