Aunque, evidentemente, Barcelona y Cataluña, en general, están sufriendo los efectos del desafío independentista, "al fin y cabo, estamos en Europa" y la situación no parece particularmente violenta para disuadir a la gente de no viajar al destino.
Rifai no cree que el conflicto soberanista tenga un impacto en el turismo de toda España, ya que queda mucho tiempo hasta la temporada alta de verano, en la que se concentran las llegadas de turistas, pero "todo dependerá de lo que ocurra con las elecciones del 21 de diciembre" en Cataluña, ha reconocido.
Si continúa siendo un desacuerdo político, con gente manifestándose en la calle, no desanimará a los visitantes, porque "lo hemos visto incluso en Egipto, tras la primavera árabe, que la gente continuaba viajando para ser testigo de los acontecimientos. Si las protestas no son violentas, no tienen efectos disuasorios", ha añadido.
El "brexit", por su parte, no provocará demasiados cambios a nivel económico al tratarse más de una diferente connotación política, ha explicado Rifai en una entrevista concedida a Efe con motivo de la conferencia sobre empleo y crecimiento inclusivo celebrada en la ciudad jamaicana de Montego Bay.
Tampoco será "algo dramático" para el turismo, teniendo en cuenta que el Reino Unido no forma parte de la zona euro ni de Schengen, a pesar de que pueda haber un pequeño revés al principio, debido a que la gente está a la espera de ver qué sucede.
Si ha bajado un poco el tráfico aéreo entre España y el Reino Unido es porque se ha hablado mucho del seguro médico o los derechos de los británicos en España, pero luego la gente se adapta rápidamente a la situación y encuentra soluciones, ha indicado.
Por otro lado, Rifai se ha mostrado convencido de que la recuperación de los destinos competidores del Mediterráneo no influirá en el crecimiento de las llegadas a España.
"Siempre he creído que el éxito del turismo español no se debe a las desgracias de Egipto, Túnez o Turquía, sino porque el país lo está haciendo muy bien", ha apuntado Rifai, para volver a insistir en que la caída de la demanda en los destinos competidores "no guarda ninguna relación" con el inusual crecimiento en España.
En cuanto a los episodios de contestación ciudadana en contra del turismo (turismofobia) que, según ha explicado, se producen en países de la cuenca mediterránea, ha subrayado que es un fenómeno que se manifiesta puntualmente y en España lo hace en verano, período de mayor concentración de turistas.
Rifai ha matizado que es un problema que no desaparecerá por sí solo y que necesita de una política y gestión correctas y decisiones capaces de resolverlo.
2017 ha sido un año de alto crecimiento no sólo en España, sino en el turismo mundial, que, de acuerdo con la previsión de la OMT, cerrará con un repunte de entre un 4,5 % y un 5 %, cifra que se sitúa por encima de la tasa media anual estimada hasta 2030 en un 3,8 %.
En opinión de Rifai, cada año las circunstancias son diferentes y, en 2017, el crecimiento está impulsado por China y otros mercados asiáticos, además de que la gente ha empezado a viajar más, gracias a la mejora de la situación económica, "aunque aún no estamos fuera de la crisis", ha puntualizado.
También ha sido un ejercicio de adaptación a los retos de la seguridad, ya que no se puede vivir con miedo toda la vida y, a juicio de Rifai, tras dos o tres años, la gente empieza a actuar de manera más confiada.