España está todavía muy lejos de reconquistar la Triple A perdida en 2010. En concreto, el país debería subir entre 8 y 10 peldaños, dependiendo de la agencia que califique, para alcanzar niveles previos a la crisis. Es más, actualmente y pese a los esfuerzos realizados, la calificación para la deuda española se sitúa en Baa2 con perspectiva estable para Moody¿s y en BBB+ para S&P y Fitch, siempre más optimistas que su competidos con la economía nacional. A solo dos y tres escalones del bono basura.

Cataluña tiene mucho que ver en que en 2017, año en el que la economía creció al 3,1%, las agencias no se hayan atrevido a mejorar la nota de España. Es cierto que la propia S&P declaró el 31 de octubre, en uno de los momentos más tensos del conflicto, que los acontecimientos en esta comunidad no tendrían ¿repercusiones inmediatas en el rating 'BBB+' con perspectiva estable asignado a la deuda soberana de España¿, al considerar que la aplicación ordenada del artículo 155 y el adelanto de la convocatoria de elecciones autonómicas reducía considerablemente las tensiones, destacando también la buena evolución del crecimiento y el empleo, ¿con una tasa de paro que ha caído al 16,4%, su nivel más bajo desde 2008¿.

Sin embargo, y tras las elecciones, la agencia asegura ahora que será difícil mejorar la calificación española por la incertidumbre generada. Pero los expertos consideran que tal vez cambien de opinión de aquí al 23 de marzo, fecha en la que la agencia debe tomar su esperada decisión. Y si no, aún quedaría el siguiente punto rojo en el calendario, el 21 de septiembre.

De hecho, los expertos de Société Générale esperan que el país registre una mejora de rating por parte de la propia S&P y Fitch este año. Esta última será la primera de las firmas del sector en evaluar el rating soberano de España en 2018, según refleja el calendario fijado de cara al próximo año para la valoración de la deuda emitida por países de la Unión Europea por las entidades cuyas notas son aceptadas por el Banco Central Europeo (BCE). Se pronunciará el próximo 19 de enero, menos de un mes después de las elecciones catalanas. La última revisión será el 13 de julio.

¿Seguimos muy por detrás del rating previo a la crisis, y las agencias se preguntan ahora qué hay que hacer para recuperarlo¿, explica Jaime Sanz, responsable de asesoramiento de rating para estados soberanos de Société Générale. ¿Hay elementos que demuestran que se han corregido muchos desequilibrios, pero el factor Cataluña harán que las agencias sigan tímidas este año¿. Aun así, espera que España reciba al menos buenas noticias de dos de las principales firmas, siendo menos optimista con Moodys (que toma su decisión el 13 de abril y el 5 de octubre), que sigue viendo un enorme problema en el elevado endeudamiento de la economía española. ¿Valoran positivamente los datos de crecimiento, recaudación fiscal, reducción del déficit, etc¿, aseguran los expertos.

La propia S&P reconoce que, al igual que en Portugal, el déficit público se ha reducido ¿de forma espectacular¿, al pasar de más del 5% del PIB a poco más del 3% el pasado año, esperando que se sitúe ligeramente por encima del 2% en 2019.

Impacto en el mercado de deuda soberana

Sea en las primeras revisiones o en las segundas del año, la posible mejora del rating de España por parte de S&P o Fitch que esperan desde Société Générale, no tendrá un impacto significativo en el mercado secundario. Al igual que tampoco los posibles riesgos derivados de las tensiones políticas por Cataluña, las elecciones en Italia o el Brexit. Los expertos consideran que ¿si hay movimientos, serán cosa de un día¿, teniendo en cuenta que el mercado de deuda, actualmente, está determinado por el exceso de liquidez y las políticas del BCE.

Desde la firma francesa consideran que el organismo presidido por Mario Draghi no llevará a cabo subidas de tipos, al menos, hasta 2019. Y la prudencia seguirá dominando su discurso. ¿Por muchos rumores que haya, y por muchas advertencias que lancen los gurús financieros, al final, es imposible ponerte enfrente de la potencia del BCE¿, aseguran, insistiendo en que el organismo ha demostrado en numerosas ocasiones su capacidad para manejar esos ¿riesgos teóricos¿.  

Así, consideran que para que se produzcan movimientos significativos en el mercado, tiene que suceder algo realmente inesperado, como que se materialice la independencia de Cataluña. Y lo mismo para los factores positivos esperados, como las mencionadas mejoras en el rating de España. ¿El mercado lo sabe, y no creo que si se produce la decisión, veamos bajar a la prima de riesgo de 100 a 50 puntos básicos¿, indican.

S&P: LA CRISIS CATALANA IMPIDE POR AHORA UNA SUBIDA DE LA NOTA DE ESPAÑA 

FITCH DESTACA QUE EL RUIDO POLÍTICO NO FRENÓ LA BUENA MARCHA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA EN EL ÚLTIMO TRIMESTRE