Por un lado, según los datos revelados por la AEF este miércoles, el factoring, que consiste en la compra de derechos de crédito de las facturas de una empresa asegurándoles la gestión del cobro por parte de los proveedores, acumuló 74.700 millones de euros, después de crecer un 12% en 2017, cuando concentró el 52% del crédito cedido.

El factoring nacional negoció 58.700 millones de euros ese mismo año, un 79% del total, mientras que, el internacional, que se da cuando alguna de las partes, cedente o deudor, reside en el extranjero, acumuló el 21% de los créditos.

De todo el importe registrado dentro de las fronteras españolas, el 70% fue factoring con recurso, es decir, aquel crédito que da cobertura frente a impagos, frente al 30% sin recurso, en el que la entidad financiera no asume la insolvencia del deudor.

Por su parte, el confirming, un servicio basado en la compra de derechos de crédito para ofrecer el pago de las empresas a proveedores y su gestión, con la posibilidad de anticipar el cobro, creció un 13.2%, hasta los 71.000 millones de euros, en 2017, cuando copó el 48% restante del crédito cedido.

AUMENTA UN PUNTO SU PESO EN EL PIB

Unidos ambos sistemas de financiación y gestión administrativa de cobros, factoring y confirming, acumularon 145.700 millones de euros en créditos cedidos, lo que supone el 12,6% del PIB que España registró en 2017, un punto por encima de la proporción de 2016.

En los últimos 10 años, estos sistemas han pasado de representar el 8% del PIB en 2007 al actual 12,6%, lo que en palabras del presidente de la AEF, Carlos García Casas, "se ha ganado cuota de mercado frente a otros productos" de crédito.

Si se tiene en cuenta la inversión viva de estos productos a 31 de diciembre del pasado año, que registra la operaciones en curso independientemente de su fecha de inicio y fue de 32.000 millones de euros, el peso del factoring y confirming sobre el total de financiación circulante de las entidades de crédito ascendió al 65% de la cartera comercial, frente a otro productos como el formato SEPA o los descuentos físicos.

LA MOROSIDAD SE REDUCE A LA MITAD

Entre los retos que el sector todavía tiene que afrontar, Casas señaló a que se debe "desmitificar el factoring y confirming para las pymes, sistematizar los procesos digitalmente, y hacerlo más accesible a las empresas de menor facturación", ya que, según él, la penetración de estos productos en compañías con unas ventas por encima de los 100 millones de euros es "razonablemente buena".

En este sentido, estos modelos de financiación "ayudan a las pequeñas empresas a lanzarse a otras operaciones" puesto que se elimina la incertidumbre del impago en los casos sin recurso.

Casas también apuntó a que la morosidad vinculada a los contratos firmados bajo estas modalidades se reduce a casi la mitad de la mora media registrada por las empresas, ya que "se estudia tanto al cedente como al deudor".

Por último, los datos también apuntan a que el 50% del crédito cedido pertenecía a la industria manufacturera y al comercio y que el 80% del importe total se registraba en las comunidades de Madrid (42%), Cataluña (17,5%), País Vasco (7,7%), Comunidad Valenciana (7,5%) y Andalucía (5,7%).