Escrivá ha comparecido hoy en la Comisión de Presupuestos del Congreso para explicar la visión de la AIReF frente a las cuentas públicas de 2018, y ha pedido "no crear una angustia innecesaria" a los jubilados en torno a la sostenibilidad del sistema de las pensiones.
En este sentido, ha criticado la "soberbia" con la que muchos estudios avanzan conclusiones "dramáticas", y ha dicho que la mayoría de los análisis no tiene en cuenta que los ingresos al sistema de la Seguridad Social pueden aumentar por una mayor incorporación de la mujer al trabajo, por la natalidad o por los flujos migratorios.
De hecho, ha dudado de las proyecciones del INE sobre la población que señalan que decrecerá "per saecula saeculorum", al tiempo que ha incidido en que muchos analistas no reflejan la reforma de las pensiones de 2011.
"Preocupa mucho la sensación de que se traslada a los pensionistas de que hay un problema muy agudo que mermará sus ingresos..y no está sustentado", ha dicho.
Escrivá ha considerado que si se analiza en profundidad cada uno de los argumentos que muestran muchos estudios se ve que hay muchas incertidumbres, por lo que ha negado la exactitud de estos análisis.
Ha afirmado que cuando se ven supuestos en los que los activos pueden aumentar con políticas que fomenten la natalidad o con la entrada de inmigrantes se "se ve que el gasto en pensiones es absorbible y manejable".
Ha rechazado los estudios que sólo atienden a un horizonte de 40 años con un "punto cerrado", y ha sido tajante al afirmar que "no hay derecho a trasmitir esta soberbia" en los argumentos porque "no es razonable ni es verdad".
Escrivá se ha referido también a la indexación de las pensiones según la inflación tal como pide la mayoría de los grupos parlamentarios al Gobierno, y ha calculado que un alza según el IPC tendría un impacto en 2023 de 0,7 décimas del PIB y de entre 1,2 y 1,3 puntos porcentuales en 2030.