Venecia deslumbra al visitante. Perderse en sus rincones, aun sin plan preestablecido, es una experiencia inolvidable y que, desde este año, es más accesible que nunca gracias a que la ciudad de los canales es el primer destino europeo que Air Europa ha inaugurado en 2018. La aerolínea pone a disposición de sus clientes dos frecuencias diarias -175.000 plazas anuales- con las que volar a este lugar único, lleno de arte, historia y diversión.

La laberíntica distribución de sus calles le deparará a quien la visite más de una sorpresa, aunque no será difícil acabar en la Piazza San Marco, el corazón de la ciudad y un motivo en sí mismo para visitarla. De este lugar dijo Napoleón que era "el salón más bello de Europa", un espacio con edificios únicos y obligatorios para toda visita: la Basílica de San Marcos y su Campanile, la Torre Dell'Orologio, las Procuradurías y el Palacio Ducal.

Arquitectura hecha arte

La Basílica de San Marcos es una de las obras maestras de este museo de arquitectura al aire libre que es la urbe. Si bien el templo original se levantó en el siglo IX, el actual edificio, cumbre del estilo bizantino, se acabó de construir en el XVII. A escasos metros se contempla su Campanile, uno de los iconos de Venecia y que más allá de su uso religioso venía a ser como un 'avisador' oficial para la sociedad civil: sus campanas podían anunciar la llegada de un barco o alertar sobre un incendio. Hoy son un vestigio del pasado más glorioso de la antigua capital de su república.

Plaza de San Marcos, con la Basílica, el Campanile y las Procuradurías. iStock

Aunque para gloria y opulencia, la que representa el Palacio Ducal, un sobrio edifico gótico que durante siglos acogió la residencia de los dux -máximos gobernantes de la República Veneciana-, su corte de Justicia e incluso las prisiones.

La ciudad de las góndolas

Desde esta plaza icónica hay una vista privilegiada del Gran Canal. La imagen más característica es la del trasiego de embarcaciones y de góndolas yendo y viniendo por esta red fluvial que configura el mapa de Venecia. El Gran Canal es su gran arteria, pero, por mucha resistencia que uno tenga a las fotos más típicas, hacer un recorrido en estas barcas es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida. Lo de que canten una canción ya es más prescindible, pero lo que no se debe desdeñar es que algún gondolero amenice el paseo con datos o anécdotas históricas de cada punto por el que se navegue.

Gran Canal de Venecia. iStock

Entre ellos, los puentes, otro elemento arquitectónico del que Venecia ha hecho una seña de identidad a lo largo de los siglos gracias a una asombrosa habilidad para combinar lo práctico y lo estético. El más famoso es el de Rialto, el más antiguo de los que cruzan el Gran Canal y un auténtico símbolo de la ciudad italiana. A su estela, algo más escondido pero igualmente nombrado, está el de los Suspiros: una sugerente denominación para un lugar que, en contra de lo que podamos esperar, no surgió por lo romántico de su perfil sino porque por sus baldosas caminaban, suspirando, los condenados que contemplaban el mar por última vez antes de entrar en prisión.

Islas de artesanos

Que la Piazza San Marco sea el punto de referencia de Venecia tiene igualmente un carácter práctico. Un vistazo al mapa de la zona desvela un pequeño archipiélago compuesto por un sinfin de islas. Aunque muchas son mínimas y no están habitadas otras, no obstante, ofrecen auténticos regalos a la vista. Tres merecen especialmente la pena: Torcello, Burano y Murano.

La primera, Torcello, es una de las zonas más antiguas de la ciudad. Incluso llegó a ser la más poblada. Hoy su carácter rural y tranquilo transporta al visitante a la quietud del pasado aun estando a minutos del bullicio de San Marcos. Junto a Torcello sobresale la isla de Burano, un paraíso del color ya que sus casas presentan vivas tonalidades que, según cuentan las leyendas, ayudaban a los marineros a no equivocarse de puerta cuando volvían a su hogar en los días con niebla.

Coloridas casitas en la isla de Burano. iStock

La artesanía tuvo mucho peso en la economía de Venecia en el pasado. Hoy su presencia es testimonial pero aun así sus productos son muy apreciados. Si en Burano existe una pequeña industria dedicada a los encajes, Murano es la capital mundial del cristal: su proceso de fabricación ofrece piezas extraordinarias y, por qué no, una excursión diferente en la que visitar un museo dedicado al tema con más 4.000 piezas.

Historia del arte

Canaletto, Tiziano, Tintoretto... el arte veneciano tiene nombres propios que figuran entre los más prestigiosos de la historia. Aunque muchas de sus obras se exhiben en las principales pinacotecas del mundo, parte de sus trabajos están en la ciudad que les vio nacer. La Galería de la Academina es la que tiene un catálogo más amplio. Es un complejo formado por tres edificios religiosos que cuenta con centenares de obras de arte de estas y otras grandes firmas, como Veronese o Leonardo da Vinci.

Otros puntos para asombrarse con la capacidad de estos genios es la Scuola Grande di San Rocco, en la que se pueden admirar pinturas de Tintoretto; la galería Ca' d'Oro, sita en un espectacular palacio gótico-renacentista; o el Museo Correr, el más importante de la urbe, y que articula a través de todo tipo de manifestaciones artísticas la historia de Venecia, desde su fundación hasta la adhesión a la Italia unificada. Los amantes del arte contemporáneo también tienen, además, un par de paradas obligadas: la galería Ca' Pesaro y la colección Peggy Guggenheim.

El carnaval más exclusivo

El Carnaval de Venecia es su fiesta más característica Pixabay

Misterios y leyendas se mezclan con la algarabía en la cita más tradicional que vive la ciudad a lo largo del año, el Carnaval. La cita es sinónimo de elegancia, diversión y por supuesto, de disfraces. La fiesta nace en el siglo XIII, cuando los venecianos de alta cuna pretendían mezclarse con el pueblo llano al tiempo que las clases populares aprovechaban para burlarse de la aristocracia: lógico que tanto unos como otros escondieran su identidad.

Solo Napoleón se atrevió a quebrar la costumbre por miedo a que el juego de ocultar las personalidades derivara en una conspiración que pusiera fin a su ocupación de la ciudad. Hoy el Carnaval de Venecia es una cita más democrática que antaño pero hay algo que no cambia: la sempiterna máscara y las ganas de pasarlo bien.

Más cerca que nunca



La reciente posibilidad de volar a Venecia que ofrece Air Europa con su flota Embraer 195 refuerza la apuesta de la firma por el mercado italiano, en el que ya cuenta con rutas a Roma y a Milán. De hecho, otra de las novedades en este ámbito es la de una tercera frecuencia diaria a ambas ciudades, lo que permite una mayor flexibilidad para el viajero y una garantía absoluta para las conexiones, a su llegada al hub del aeropuerto de Madrid, con todos los vuelos transoceánicos de la firma. Tienes tu billete a tiro de click: reserva tu vuelo aquí

Air Europa utiliza para esta ruta su flota Embraer 195.

Además, Air Europa dispone del programa de fidelización Air Europa SUMA, uno de los más ventajosos que existen en el sector. Cada cliente obtiene, por cada euro abonado por su billete en clase turista, cinco millas si se trata de un vuelo de ámbito europeo; el pasajero business suma a esa cantidad un bonus de tres millas adicionales.

El programa de fidelización Air Europa SUMA es uno de los más ventajosos del sector.

Los clientes business de los trayectos Madrid-Venecia (y viceversa) tienen también la ventaja añadida de los menús ecológicos y saludables que Air Europa elabora con productos con certificado de origen de calidad y con los que pone su granito de arena en el objetivo de ofrecer una alimnetación más sana y saludables para sus clientes.

Imagen de uno de los menús saludables que ofrece la compañía a sus pasajeros business.