El Banco de España (BdE) está profundamente preocupado sobre el impuesto a la banca que podría implantar el Gobierno para financiar las pensiones. Lo ha dicho el subgobernador, Javier Alonso, quien ha explicado que "estamos ante una aproximación parcial" para resolver un problema que afecta al conjunto del sistema y que "requiere una solución global".
Según las estimaciones del BdE la creación de esta figura impositiva sectorial "terminaría incrementando el coste del crédito, bajando la remuneración de los depósitos e incrementando las comisiones", ha dicho el subgobernador. Unas medidas que se adoptarían en un escenario ideal, ya que si no son capaces de implementarlas -o no quieren- las consecuencias serían mucho peores porque "la rentabilidad" del negocio sería mucho menor.
Precisamente esa rentabilidad es una de las grandes preocupaciones del regulador sobre el sistema financiero. En este momento el return of equity es del 6% mientras que el coste del capital es del 10%. Por tanto, los bancos necesitan ganar dinero para "remunerar al capital, obtener beneficios y captar capital para cumplir con los requisitos regulatorios", ha dicho.
A su juicio "si no mejora la rentabilidad de las entidades no se cumplen los objetivos y, por tanto, cuando un banco no gana dinero es un problema. Si no consigue ganar dinero de forma recurrente no es viable, y no queremos volver a tener problemas", ha sentenciado.
Fusiones transfronterizas
Alonso, que ha descartado hablar del papel del Banco de España en la supervisión de las cuentas del Banco Popular, ha insistido en la idea de que en nuestro país -y en Europa- hay "un exceso de capacidad bancaria", lo que requerirá de nuevos procesos de consolidación en el futuro.
Palabras del subgobernador en los cursos de verano de la APIE en Santander, en donde ha vuelto a reclamar la necesidad de apostar por la educación financiera, especialmente por la complejidad que empieza a haber en algunos productos que se contratan actualmente, gracias -sobre todo- a la digitalización del sector.