Bruselas, 21 ene (EFECOM).- Los ministros de Economía y Finanzas de los países del euro (el Eurogrupo) empezaron hoy a trabajar en los puntos más polémicos de su pactada reforma de la eurozona con la meta de conseguir resultados en junio: el instrumento presupuestario y el fondo de garantía de depósitos para la eurozona.
"Este es un programa de trabajo ambicioso dada la profundidad de las discusiones necesarias y el corto espacio de tiempo", reconoció al término del encuentro el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno.
En diciembre los líderes de la Unión Europea acordaron reforzar la eurozona ante futuras crisis a través de las dos propuestas citadas, así como de una reforma para dar más poder al Mecanismo Europeo de Estabilidad (el fondo de rescate) y mejoras en su sistema de respuesta ante quiebras bancarias.
Los ministros han decidido comenzar por los puntos más controvertidos a nivel político y fijar un calendario de trabajo que promete progresos limitados.
La principal novedad es la discusión sobre el presupuesto de la eurozona, un instrumento impulsado sobre todo por Francia y que, según lo pactado en diciembre, formará parte del presupuesto comunitario y servirá para fomentar la competitividad y convergencia entre países.
No podrá utilizarse, sin embargo, para estabilizar la economía de países que atraviesen crisis puntuales.
Los ministros tendrán una discusión en profundidad en febrero y hasta junio deberán decidir los objetivos, tamaño y modo de financiación del instrumento, explicó el comisario de Economía, Pierre Moscovici.
Este insistió en que los países seguirán trabajando en una capacidad que permita estabilizar la economía, algo que es prioritario para Bruselas y apoya España, pero a lo que se oponen Holanda o los nórdicos, entre otros.
Además acordaron poner en marcha un grupo de alto nivel formado por sus segundos para intentar desbloquear el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos, pasando de la negociación técnica que existía hasta ahora a una "discusión a un nivel más político", según Centeno.
La propuesta de un fondo que garantice todos los depósitos de menos de 100.000 euros en la eurozona lleva años estancada por el rechazo de ciertos países, como Alemania, que temen acabar pagando por la mala salud de la banca en otros Estados, en particular Italia.
En esta ocasión, los ministros tratarán de explorar el fondo de garantía en paralelo a otras propuestas orientadas hacia la reducción de los riesgos bancarios, con el fin de convencer a los países reacios de que ellos también sacarán algo de la negociación, explicaron fuentes diplomáticas.
El director gerente del MEDE, Klaus Regling, defendió la necesidad de la garantía de depósitos argumentando que "todos los programas (de rescate) de los últimos años habrían sido mucho más pequeños" de haber existido esta.
Por otra parte, los ministros pusieron en marcha el proceso para sustituir al economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), Peter Praet, cuyo mandato termina el 31 de mayo.
Por el momento solo el ministro de Finanzas irlandés, Pascal Donohoe, ha anunciado que su país presentará como candidato al gobernador de su banco central, Philip Lane, quien en 2018 compitió con el exministro de Economía Luis de Guindos por el puesto de vicepresidente del emisor europeo, que acabó en manos del español después de que Dublín retirase la candidatura de Lane.
La titular de Economía, Nadia Calviño, aprovechó su presencia en Bruselas para reunirse con Moscovici y con el vicepresidente de la CE para el Euro, Valdis Dombrovskis, e informarles de las novedades en la tramitación de los Presupuestos de 2019 tras su aprobación en el Consejo de ministros y presentación en el Congreso.
El Ejecutivo comunitario, dijo Calviño, no le ha transmitido "ningún tipo de señal negativa".
"Me sorprendería mucho que teniendo unos Presupuestos cuyo objetivo de déficit es más estricto que el que habíamos discutido en otoño pueda haber una valoración negativa de este proceso que se está siguiendo en nuestro país", afirmó a su llegada al encuentro.
La Comisión decidirá en "próximamente" si pide a España que le remita un nuevo borrador de presupuestos para 2019, aunque para ello "tendría que haber cambios extremadamente sustanciales" con respecto al enviado en otoño, explicó Moscovici al término de la reunión.
Y añadió que, en todo caso, la voluntad es "evitar formalidades excesivas".
El borrador de presupuestos para 2019 que el Gobierno envió a Bruselas en octubre contenía un objetivo de déficit público para este año del 1,8 % del PIB, mientras que el presentado hace unos días contempla una meta del 1,3 % del PIB.
Bruselas pidió en octubre a España que le informase si las cuentas que llevaba finalmente al Congreso diferían del borrador remitido entonces.
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