Isabel Saco
Ginebra, 21 ene (EFECOM).- El Foro Económico Mundial abre este martes su reunión anual más importante del año, el Foro de Davos, en un momento de desorientación general que se evidencian en los problemas de inestabilidad, ruptura y aislacionismo que han obligado a los líderes de Francia, Reino Unido y EEUU a quedarse en casa.
La ausencia no sólo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sino la de toda la delegación oficial que iba a representar a su país, debido a la parálisis administrativa en Washington, representa una situación inédita en casi medio siglo de historia del Foro de Davos.
Esta reunión solía abrir de manera informal el año político y económico a nivel internacional, pero las crisis de los chalecos amarillos en Francia, del "brexit" en el Reino Unido y la causada por la insistencia de Trump en la construcción de un muro en la frontera con México han perpetuado el sentimiento de inestabilidad de un año a otro.
El presidente ejecutivo y fundador del Foro, Klaus Schwab, ha reconocido que existe un "gran nivel de incertidumbre" generalizada porque "la gente se siente insegura y ya no cree que el mundo de mañana será mejor que el de hoy".
El Foro lleva al menos dos décadas advirtiendo de que "el exceso de globalización nos llevaría a una situación de desequilibrio y desigualdad", la cual "no era sostenible sin responsabilidad social", recuerda Schwab, cuya profecía parece cumplirse.
Sin embargo, el Foro ha declarado su intención de no dejar que la actualidad y las múltiples crisis monopolicen las conversaciones y debates en Davos, a donde muchos de los participantes acuden por quinta, sexta o más veces porque representa una vitrina y un lugar de contactos que prácticamente no tiene competencia.
El Foro reúne a 3.000 participantes, entre los que habrá más de 60 jefes de Estado y de Gobierno, un centenar de autoridades de rango ministerial y cientos de dirigentes de las compañías más influyentes de una veintena de industrias.
Algunos participantes tienen, sin embargo, la impresión de que "el liderazgo político de alto nivel está ausente este año" y lo lamentan.
Si EEUU no estará representado a nivel político, sí lo estará desde el punto de vista de los negocios, con 800 ejecutivos y empresarios de este país que acudirán a Davos.
Todos ellos estarán arropados por representantes de ONG, artistas, escritores, científicos y académicos que intentarán hacer escuchar sus voces entre aquellos que toman las decisiones para que la visión de corto plazo deje de primar sobre el largo plazo.
El cambio climático será uno de los más emblemáticos de esta reunión, en la que la posición escéptica no estará representada por Trump, sino por el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien ha amenazado con retirar a su país del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.
En ausencia de varios europeos, Latinoamérica será una de las regiones mejor representada en cuanto a jefes de Estado, con los presidentes de Colombia, Ecuador, Costa Rica, Perú y Paraguay que harán el viaje a la estación alpina de Davos, cuya ubicación la hace de difícil acceso y por tanto más segura.
Europa estará representada principalmente por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y por la canciller alemana, Angela Merkel.
Este fin de semana han llegado a Davos y a numerosas localidades en un perímetro de más de 100 kilómetros -donde se alojan cientos de participantes a falta de hospedajes disponibles en Davos- los militares que estarán a cargo de la seguridad.
El Gobierno suizo ha aprobado el desplazamiento de un máximo de 5.000 soldados para este evento.
Como cada año, el espacio aéreo estará limitado del martes al sábado próximos. Las personalidades invitadas han comenzado a aterrizar en una base aérea de la región de Zúrich, desde donde se trasladan a Davos sea en helicóptero, en tren o en vehículo privado.