La cadena de cafeterías británica Patisserie Valerie, que cuenta con unos 200 locales y cerca de 3.000 empleados en el Reino Unido, se declaró hoy en quiebra al no haber logrado una nueva línea de crédito para hacer frente a sus pagos.
La crisis de la compañía se desencadenó el pasado octubre, cuando salió a la luz un agujero de en torno a 40 millones de libras (45 millones de euros) en su balance debido a presuntas irregularidades contables.
El director financiero de la empresa, Chris Marsh, fue suspendido por la empresa y arrestado tras descubrirse el agujero económico, mientras que las autoridades investigan asimismo el papel de la auditora Grant Thornton.
La consultora KPMG, administrador concursal designado para gestionar Patisserie Valerie, ha avanzado que 70 de las cafeterías-pastelería de la compañía serán cerradas de inmediato, lo que provocará una pérdida "significativa" de puestos de trabajo.
El presidente de la cadena británica, Luke Johnson, había mantenido contactos en las últimas semanas con HSBC y Barclays para negociar una nueva línea de crédito.