La desaceleración de China no es una tragedia, según expertos en Davos
Davos (Suiza), 24 ene (EFECOM).- La incipiente desaceleración del crecimiento de la economía china no es una tragedia y puede traer como efecto colateral oportunidades "escondidas" en las que no se había reparado hasta ahora, según la opinión de los expertos reunidos en el Foro de Davos.
Un debate sobre las perspectivas económicas del gigante asiático ha abordado las cifras del PIB chino, que en el último trimestre creció un 6,5 %, la tasa más baja desde la crisis de 2008 y que previsiblemente seguirá reduciéndose.
El grupo de expertos ha estado compuesto por uno de los consejeros delegados del grupo Carlyle, Glenn Youngkin; el presidente de Hony Capital, John Zhao; el presidente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Timothy Adams; la profesora de la London School of Economics, Jin Keyu, y el vicepresidente de la comisión de valores china, Fang Xinghai,
Los asistentes abordaron los efectos de las disputas comerciales entre China y Estados Unidos, así como las tasas previstas de crecimiento y los riesgos financieros.
El consenso de los analistas señala que la desaceleración plantea riesgos a la economía global en 2018, con los elevados volúmenes de deuda soberana y corporativa de fondo, y algunos coletazos de la crisis de 2008 aún sin resolver.
Pero esa ralentización "no significa que se acerque el colapso", según Fang Xinghai, de la comisión de valores del país, que ha explicado que el frenazo se nota en sectores "que estaban recalentados", como el inmobiliario o el de las infraestructuras, a los que no les viene mal una corrección.
Fang se mostró convencido de que en un plazo de entre tres y cinco años "la economía seguirá siendo muy sana y un motor de la crecimiento global".
Desde el grupo inversor Carlyle, Glenn Youngkin matizó que la contribución de China al crecimiento de la economía mundial "se basa mucho en el consumo interno, y es cierto que el año pasado los consumidores empezaron a ponerse nerviosos debido a la disputa comercial con Estados Unidos".
Cuando los consumidores tienen en sus manos una parte importante de la economía, añadió, es normal que si se ponen nerviosos se produzca una desaceleración; Youngkin recordó que el consumo creció un 9 % en 2018, la tasa más baja desde 2009.
En cuanto a los efectos de la disputa comercial con Estados Unidos, la profesora Jin Keyu señaló que gracias al conflicto China ha emprendido reformas que de otro modo habría dilatado, debido a la presión exterior, y ha abierto un poco mas su economía al mundo.
Gran parte del crédito está en manos del sector financiero y de empresas controladas por el Estado, y cambiar esa situación hará que el crédito llegue a los hogares, aseguró Jin, lo que a su vez contribuirá a dinamizar el sector privado.
Y si en China se reactiva el consumo, "se reactiva también en el resto del mundo", apostilló.
En este sentido, Youngkin cree que "ambas partes deben reconocer la necesidad de un acuerdo, lo que requiere más negociaciones de las que se han producido hasta ahora".
Quizás no ocurra "mañana", añadió, pero vista la situación actual puede que sí a mediados de año.
En el mismo sentido, convencido de que más pronto que tarde habrá acuerdo, se manifestó el presidente de IIF, Timothy Adams, que también señaló el verano como el punto de inflexión.
John Zhao, por su parte, señaló que "nadie quiere una guerra comercial, aunque ha costado un poco de tiempo reconocerlo".