La compañía de telecomunicaciones sueca Ericsson presentó hoy una pérdida neta anual en 2018 de 6.300 millones de coronas (613 millones de euros), un 87 % menos que en 2017.
Los mayores márgenes de beneficios y ventas y un descenso en los gastos operativos tuvieron un efecto positivo en el resultado, que se vio afectado negativamente por depreciaciones de activos y provisiones y ajustes relacionados con varios proyectos, explicó en su balance la compañía.
Ericsson ya había comunicado el pasado día 10 que cargaría una provisión estimada de 6.100 millones de coronas suecas (596 millones de euros) en el cuarto trimestre por la remodelación de la deficitaria división de soporte de negocios, de los que aproximadamente la mitad corresponden a gastos de reestructuración.
El resultado operativo pasó de una pérdida de 34.700 millones (3.377 millones de euros) a una ganancia de 1.200 millones (117 millones de euros).
Las ventas netas subieron un 3 % hasta 210.800 millones (20.514 millones de euros), el primer crecimiento anual en cinco años para la compañía sueca, que ha atravesado problemas económicos en los últimos tiempos.
La mejora de las condiciones de mercado y mayores cuotas de mercado para la división de Redes explican la subida de las ventas.
En el cuarto trimestre Ericsson redujo su pérdida neta un 65 % hasta 6.500 millones de coronas suecas (633 millones de euros).
La pérdida operativa fue de 1.900 millones (185 millones de euros), un 90 % mejor.
Las ventas en el último parcial del año ascendieron a 63.800 millones (6.209 millones de euros), lo que supone una subida interanual del 10 %.