Madrid, 25 ene (EFECOM).- El sector hotelero no pierde la fe en su negocio en Cataluña, uno de los más robustos del país con 3.007 establecimientos abiertos en 2017, antes de la celebración del referéndum por la independencia del 1 de octubre de ese año, y calcula que para 2019 habrá una recuperación tras el desplome de 2018.
En la cita anual de la Feria Internacional de Turismo (Fitur) que se celebra en Madrid, las principales cadenas hoteleras han abordado el problema con una percepción casi común: para el turista el destino aún es intranquilo y para el negocio Cataluña se ha devaluado, pero puede recuperarse.
La cadena hotelera NH, controlada por la compañía tailandesa Minor y que cuenta con trece hoteles solo en Barcelona, ha apreciado esa recuperación en el último trimestre de 2018, aunque su consejero delegado, Ramón Aragonés, ha considerado que están "muy lejos de volver a los niveles de 2017 antes de que produjera el gran conflicto".
Meliá también ve una "clara mejoría" de las reservas en Barcelona, destino de ocho de cada diez pernoctaciones en Cataluña.
No obstante, NH insiste en que "aún están lejos" de llegar a los niveles previos al 1 de octubre de 2017 tras un 2018 "nefasto por la crisis independentista".
Como ejemplo, la categoría de cinco estrellas de Meliá tuvo el año pasado bajadas del RevPar (los ingresos por habitación disponible) cercanas al 20 % en la Ciudad Condal, según ha confirmado el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado, Gabriel Escarrer.
En el capítulo de la inversión hotelera, un estudio del mercado elaborado por la consultora Colliers revela el desplome de 2018 en Barcelona: la inversión alcanzó los 232 millones de euros frente a los 422 millones de 2017.
Este dato se acompasa con un descenso medio del 3,3 % en los resultados de las empresas turísticas en Cataluña durante el año pasado, según un análisis efectuado por la alianza para la excelencia turística, Exceltur.
En las oficinas de Barceló Hoteles se ha pasado de calificar 2017 como un "año histórico" a tener que bajar los precios hasta un 8 % un año después, con el consiguiente "claro deterioro" de la rentabilidad a juicio de su consejero delegado, Raúl González.
González ha dicho que el visitante "quiere ir a un lugar tranquilo", lo que coincide con el criterio sobre Cataluña del propietario de la cadena Room Mate, Enrique Sarasola, quien ha añadido que Barcelona "ha perdido el halo de ejemplo mundial".
A Hesperia no le va "ni bien ni mal" en Cataluña, donde dispone de siete hoteles.
El director del segmento urbano de la compañía, Carlos Erburu, ha opinado que se trata de un asunto "coyuntural que ya dura más de un año".
Hesperia también ha bajado los precios por este problema, aunque Erburu ha comentado que los datos "son positivos".
En contraste y con una percepción más optimista se han posicionado cadenas con un menor número de establecimientos hoteleros en Cataluña, como Selenta Group o la cadena israelí Leonardo, que desembarcó en España en 2016 con el foco puesto en el segmento urbano.
El presidente ejecutivo de Selenta, Jordi Mestre, ha señalado que por la crisis en Cataluña solo han experimentado una "poco sustancial" bajada del RevPar en 2018, en tanto que desde Leonardo confirman un aumento de los ingresos en algunos hoteles en Barcelona de hasta un 40 % en el último trimestre del año.
Pierre & Vacances, que combina hoteles y apartamentos, ha sido más tajante. La crisis política en Cataluña no ha afectado al grupo.
Su director general en la península, Ghislain d'Auvigny, argumenta que poseen un producto "muy bien adaptado" al perfil de cliente que viene a Barcelona.
Las perspectivas en 2019 para las mayores inversiones internacionales en la planta hotelera se centran en el segmento vacacional, y Cataluña no figura entre las tres primeras de la lista, según la consultora Colliers.
El podio lo ocuparán este año Baleares, Canarias y Madrid.