Madrid, 28 ene (EFECOM).- La consejera de Transportes, Rosalía Gonzalo, ha insistido en que el Gobierno regional no va a ceder a "amenazas" por parte del sector del taxi, que afronta su octavo día consecutivo de huelga en Madrid, y ha dicho que continuará "trabajando con todos los actores implicados" en el conflicto.
En declaraciones a los medios durante la presentación de la 'Carrera Centenario' el próximo 3 de febrero con motivo de la celebración de los 100 años de Metro de Madrid, la consejera se ha referido al papel del Gobierno regional en el conflicto entre los taxis y los vehículos de alquiler con conductor (VTC).
"Es un Gobierno serio, riguroso, en ningún caso va a acceder a ninguna amenaza del sector del taxi", ha manifestado.
La consejera ha recalcado que el Ejecutivo madrileño es "una administración responsable que no va a tomar ninguna decisión que afecte al sector que no sea acordada por todas las partes".
El Gobierno regional, ha añadido, pretende evitar asimismo "que haya un perjuicio a los VTC con indemnizaciones millonarias que tendrían que pagar los madrileños".
"Vamos a seguir trabajando en colaboración con todos los actores implicados", ha añadido.
Al respecto, ha comentado que la semana pasada el Gobierno regional se reunió con "todos los que forman parte del conflicto" con el objetivo de llegar a un acuerdo "que diera la posibilidad a la convivencia y la armonización" a la hora de prestar el servicio de transporte al ciudadano.
"Tenemos derecho a elegir cuál es el mejor servicio de transporte, si lo queremos por un VTC o por un taxi", ha apuntado.
La consejera ha denunciado que por parte de los taxistas "no ha habido ánimo de contribuir" en la reunión celebrada el pasado viernes, ya que ha asegurado que pretendían tomar una decisión "que perjudicaba al sector de los VTC".
Tras esta reunión, los taxistas decidieron continuar los paros al considerar "insuficiente" el preacuerdo para regular los VTC suscrito por la Comunidad y el Ayuntamiento de la capital, que planteaba los límites a la precontratación de estos vehículos en términos de espacio, y no de tiempo, como hasta entonces.
Según el borrador, el usuario de un VTC debía encontrarse a una distancia mínima de 300 metros, lo que, a juicio de los taxistas, es "una anécdota o una burla".
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