Volkswagen Navarra ha invertido 105,1 millones de euros en 2018 de los cerca de 1.000 millones previstos por la multinacional para la fábrica de Landaben entre 2015 y 2021, principalmente para la nueva generación del Volkswagen Polo, estrenado en 2017, y para el nuevo T-Cross.
De la cantidad invertida, la mayor parte se ha destinado a hacer frente al comienzo de la producción en serie del nuevo Volkswagen T-Cross, el segundo modelo de la fábrica.
En concreto, según informa en un comunicado, los trabajos relativos al nuevo SUV han supuesto una inversión de 66,1 millones de euros, mientras que las labores directamente relacionadas con el Polo han requerido una inversión de 17,1 millones. El resto de las actuaciones realizadas han supuesto una inversión de 21,9 millones.
Entre las inversiones completadas en 2018 destacan especialmente las adaptaciones realizadas en todos los talleres de la fábrica para la producción del Volkswagen T-Cross, así como la creación de la nueva línea de homogeneización y de las nuevas bandas de transporte en el taller de Montaje, que permiten mejorar en ergonomía y adecuar el espacio a la longitud del nuevo modelo.
A ellas se suman las adaptaciones efectuadas en el proceso de Pintura, por ejemplo en la aplicación de protección de bajos y en la inyección de cera para la carrocería, y los trabajos desarrollados para la climatización de la nave de Montaje, con la renovación de la termoventilación y una nueva instalación de generación de frío.
Con estas inversiones Volkswagen Navarra, según Ingo Neubert, director de Finanzas, "reafirma su compromiso con el desarrollo de productos orientados al futuro para la fábrica".
En este sentido, apunta que "el segundo modelo cumple con la tendencia y el gusto de los clientes hacia los SUV y ayuda a la fábrica a asegurar y crear empleo“.
Esta inversión de 105,1 millones de euros se ha realizado en un año en el que la planta ha fabricado 272.272 coches (un 11,5 % más que en 2017), de los que 272.041 han sido VW Polo y 231, VW T-Cross.
Dentro de la producción total, el 84,3% de los vehículos fabricados corresponde a versiones de motores de gasolina, mientras que las de diésel han alcanzado un 15,7%.
Respecto a los colores, el blanco puro ha sido el más solicitado, (25,4 % de las carrocerías), seguido del negro profundo (15,9 %).
En el último mes de 2018, la factoría anunció el programa de producción previsto para 2019: 320.227 coches, que se distribuyen entre 177.827 Volkswagen Polo y 142.400 Volkswagen T-Cross, lo que supondría la tercera producción anual más alta en su historia, sólo por detrás de las fabricaciones realizadas en los años 2010 (336.336 coches) y 2011 (353.353 coches).