París, 30 ene (EFECOM).- La crisis de los "chalecos amarillos" restó una décima al producto interior bruto (PIB) de Francia en el cuarto trimestre, y en el conjunto de 2018 su crecimiento quedó limitado al 1,5 %, netamente por debajo del 2,3 % alcanzado en 2017.
Las cifras presentadas este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INSEE), y en particular el alza del 0,3 % del PIB entre octubre y diciembre, son menos desfavorables de las que habían anticipado las principales entidades de previsión, empezando por el Banco de Francia, que había augurado un 0,2 %.
Para el Gobierno son "buenas noticias" puesto que Francia se ha comportado mejor que su principal socio, Alemania, frente a los vientos desfavorables de la coyuntura internacional, y el crecimiento anual ha sido superior al del periodo 2012-2016.
"Pese al deterioro del entorno internacional y al movimiento de los 'chalecos amarillos', el crecimiento francés es sólido. Nuestra política da resultados", escribió en su cuenta de Twitter el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire.
El impacto de los "chalecos amarillos" se dejó sentir sobre todo en el consumo, que se estancó en el cuarto trimestre, después de haber aumentado un 0,4 % en los tres meses precedentes, con un repliegue del 1,2 % en las compras de bienes fabricados (tras +0,6 % en el tercer trimestre) y del 0,4 % en las de energía.
"Hubo menos consumo de lo previsto", reconoció a Efe el jefe de coyuntura del INSEE, que precisó que se vendieron menos coches por la puesta en marcha de los nuevos estándares europeos que limitan la contaminación, y que los gastos de energía disminuyeron en parte porque el mes de diciembre fue menos frío que en 2017.
El Ministerio de Economía consideró que los "chalecos amarillos" pudieron afectar igualmente a la inversión, cuyo ritmo de progresión pasó del 1 % en el tercer trimestre al 0,2 % en el cuarto.
La otra cara de la moneda fue el sector exterior, que aportó dos décimas al PIB entre octubre y diciembre, gracias en particular a las exportaciones, cuya progresión se aceleró (+2,4 % tras +0,2 % en el tercer trimestre). Las importaciones, por su parte, se recuperaron (+1,6 % tras -0,7 %).
Las ventas al exterior mejoraron sobre todo por la industria aeronáutica y naval. El departamento de Economía se esforzó en interpretar que Francia está recuperando competitividad.
Además, hizo hincapié en que el impacto de los "chalecos amarillos" es "mucho más débil" desde comienzos de 2019 porque ya no hay bloqueos en las carreteras y los efectos económicos de las manifestaciones que se suceden cada sábado son menos marcados.
Por eso, pese a que las incertidumbres de la coyuntura internacional son importantes y a que los grandes institutos de coyuntura anticipan un crecimiento no superior al 1,5 % para 2019, el Gobierno mantiene su objetivo del 1,7 % ya que "las cifras actuales nos confortan", empezando por el repunte de la moral de los consumidores en enero.
Detrás de ese repunte, el Gobierno ve que los franceses han empezado a integrar las reducciones de las cotizaciones salariales que se aplican desde las nóminas de octubre y también los anuncios hechos el 10 de diciembre por el presidente, Emmanuel Macron, en favor del poder adquisitivo, que costarán 10.000 millones de euros a las arcas públicas.
Esas medidas, que pretendían en primer lugar apagar el incendio de los "chalecos amarillos", servirán para estimular este año el consumo, que es la principal baza de la economía francesa, frente a una Alemania mucho más dependiente de los mercados exteriores, sujetos ahora a las tensiones comerciales, según Economía.
En el conjunto de 2018, el crecimiento del 1,5 % se debió una vez más sobre todo a la demanda interior (consumo e inversión), que aportó 1,4 puntos, seis décimas menos que en 2017.