La Comisión Europea (CE) prohibió hoy la compra de la empresa francesa Alstom por parte de la alemana Siemens porque restringiría la competencia en los mercados de trenes de alta velocidad y señalización ferroviaria, a pesar de las advertencias de los Gobiernos francés y alemán en contra de este veto.
En un movimiento poco habitual, París y Berlín habían respaldado públicamente la fusión y habían insistido en las últimas semanas al Ejecutivo comunitario para que diese luz verde a una operación que, a su juicio, era clave para que la industria europea pueda competir a nivel global y, en particular, frente al gigante ferroviario chino CRRC.
Sin embargo, la investigación puesta en marcha por la CE, en julio de 2018, ha concluido que el grupo resultante de la fusión de los dos mayores proveedores ferroviarios en Europa se habría convertido en líder en ambos mercados, restringiendo la competencia y provocando un aumento de los precios.
"La Comisión ha prohibido la fusión porque las compañías no estaban dispuestas a abordar nuestras serias preocupaciones", dijo la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, quien insistió en que las soluciones propuestas por Alstom y Siemens no eran suficientes.
En concreto, Bruselas cree que la nueva empresa habría sido líder indiscutible en Europa en el negocio de señalización para grandes líneas de tren y metro, y habría asumido también una posición dominante a nivel mundial (salvo China, Japón y Corea del Sur) en el negocio de materiales rodantes para trenes de alta velocidad.
Las empresas que habrían quedado no habrían podido competir de forma efectiva, argumenta la CE.
Para solventar estos problemas, Alstom y Siemens habían propuesto en diciembre ceder o transferir activos de ambos negocios por un valor equivalente al 4 % de la facturación de la empresa resultante de la fusión.
La Comisión los ha rechazado porque cree que no garantizan que el futuro comprador de los activos vaya a poder competir por sí mismo con el grupo, explicó Vestager en rueda de prensa.
En trenes de alta velocidad, las empresas proponían ceder una licencia para la tecnología de Siemens con tales restricciones que el comprador no habría podido desarrollar su propio tren, mientras que en señalización ofrecían una "compleja mezcla" de cesiones y transferencias de activos de ambas empresas, que tampoco ofrecían posibilidades de competir de forma independiente.
Vestager subrayó que los problemas "podrían haberse resuelto" pero que las soluciones propuestas eran "pequeñas" para el tamaño de los problemas. En otras grandes fusiones aprobadas, recordó, las desinversiones que permitieron la luz verde tenían un valor mayor, "de entre el 10 % y 12 %" de la facturación en el caso de la reciente fusión de Bayer y Monsanto, ejemplificó.
La comisaria destacó que Bruselas también ha evaluado el impacto de la competencia global, en particular de China, y concluido que no supondrá un problema para Alstom y Siemens.
Los proveedores chinos no tienen presencia en el sector de la señalización ferroviaria en Europa, que está altamente regulado, y Bruselas cree que todavía llevará tiempo para que entren en el mercado de los trenes de alta velocidad.
"CRRC tiene el 90 % de su negocio en China (...) y ahora mismo no tiene trenes de alta velocidad", dijo Vestager, quien insistió en que Alstom y Siemens son "líderes globales" con capacidad de competir en todo el mundo.
Por su parte, ambas empresas lamentaron hoy la decisión y defendieron que las soluciones propuestas abordaban todas las inquietudes de la Comisión, en tanto que la fusión habría permitido crear una empresa europea con capacidad para afrontar la creciente competencia de empresas de fuera de la Unión Europea (UE).
Alstom descartó que vaya a haber un segundo intento de fusión con la alemana, y afirmó que se centrará ahora en seguir creciendo, mientras que Siemens anunció que "va a estudiar todas las opciones para el futuro de su división Siemens Mobility".
En el frente político, el ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, se anticipó esta mañana incluso a la decisión oficial y criticó que el veto "es un error económico que servirá a los intereses económicos e industriales de China".
Le Maire anunció que Francia y Alemania presentarán propuestas para modificar las reglas comunitarias de competencia que "son obsoletas e inadaptadas para el siglo XXI".
También el titular alemán de Economía, Peter Altmaier, aseguró que respetan la decisión de Bruselas pero están a favor de actualizar las reglas de competencia "para que en un futuro las fusiones sean posibles".