Tokio, 6 feb (EFECOM).- El gigante automovilístico nipón Toyota vio caer su beneficio neto en un 29 % entre abril y diciembre de 2018, debido al descenso de su rentabilidad en Estados Unidos, a sus peores ventas en Japón y a la depreciación de sus activos.
Toyota Motor ganó 1,42 billones de yenes (11.343 millones de euros/ 126.997 millones de dólares) en el citado periodo, que comprende los nueve primeros meses del actual ejercicio fiscal nipón, según informó hoy en un comunicado.
Pese a la caída de sus ganancias netas, la empresa incrementó su beneficio operativo en un 9,5 % hasta 1,93 billones de yenes (15.417 millones de euros / 17.584 millones de dólares), y aumentó en un 3,1 % su facturación hasta 22,47 billones de yenes (179.494 millones de euros / 204.730 millones de dólares).
El motivo fue que Toyota se anotó una depreciación de sus activos, además de que en el ejercicio precedente sus beneficios se habían visto favorecidos de forma significativa por las ventajas fiscales en Estados Unidos, explicó en rueda de prensa el responsable financiero de la empresa, Masayoshi Shirayanagi.
El descenso de su rentabilidad en EEUU, valorado en el 45 % por la compañía, causó que su beneficio neto global se desplomara un 81 % sólo en el trimestre octubre-diciembre, hasta 180.900 millones de yenes (1.448 millones de euros / 1.649 millones de dólares).
Asimismo, el mayor fabricante nipón por volumen de unidades redujo sus ventas en Norteamérica y en Japón, donde vendió 1,59 y 2,09 millones de vehículos, respectivamente, entre abril y diciembre.
La empresa con sede en Aichi (centro de Japón) compensó en parte estos factores negativos al colocar más vehículos en Europa (724.800 unidades), Asia sin incluir el mercado nipón (1,27 millones) y en el resto del mundo (1,01 millones).
A partir de estos resultados y a falta de conocerse los del último trimestre del año fiscal nipón, que termina a finales de marzo, la compañía revisó a la baja su previsión de ganancias netas para todo el ejercicio.
Toyota prevé registrar un beneficio neto de 1,87 billones de yenes (14.942 millones de euros / 17.036 millones de dólares), lo que supone un retroceso del 29,5 % en comparación con el que se embolsó en 2017 y del 18,7 % respecto a su anterior estimación.
Esta revisión a la baja, que no ha afectado a sus proyecciones de beneficio operativo y de facturación por ventas, se debe principalmente a la estimación de tipos de cambio de divisas desfavorables y a las pérdidas derivadas de sus inversiones en sus filiales.
El fabricante nipón espera que su cifra de ventas durante el pasado ejercicio ascienda a 8,95 millones de vehículos en todo el mundo, un ligero incremento respecto a su anterior cálculo gracias a las "últimas tendencias globales de ventas", según explicó en un comunicado.
Toyota estima que se producirá una ralentización de sus ventas en Estados Unidos y una expansión en Europa y en China, aunque en el caso del país asiático, el mercado muestra "síntomas de inestabilidad" en el actual contexto de tensiones comerciales con Washington, señaló Shirayanagi.
Los resultados trimestrales y las previsiones anuales de Toyota fueron acogidas con frialdad en el parqué de Tokio, donde las acciones del fabricante terminaron la jornada con un descenso del 0,72 %, en 6.703 yenes (53 euros / 61 dólares).