El Royal Bank of Scotland (RBS) informó este viernes de que su beneficio atribuido en 2018 fue de 1.622 millones de libras (1.839 millones de euros), más del doble que en el año anterior, tras un fuerte programa de control de costes.
En un comunicado remitido hoy a la Bolsa de Londres, el RBS, cuyo 62 % está en manos del Estado, indicó que beneficio operativo antes de impuestos fue en 2018 de 3.359 millones de libras (3.809 millones de euros), casi el doble que en el año anterior.
Los ingresos al 31 de diciembre alcanzaron los 13.402 millones de libras (15.197 millones de euros), mientras que el ratio de capital CET1 fue en 2018 del 16,2% frente al 16,7% del año anterior.
Los activos de la entidad se situaban al 31 de diciembre pasado a 694.200 millones de libras (787.222 millones de euros), en tanto que el ratio préstamos-depósitos fue del 85%.
El consejero delegado del banco, Ross McEwan, señaló que este ha sido un buen rendimiento "ante la incertidumbre económica y política".
"Con unos niveles fuertes de capital y liquidez -dijo-, estamos bien situados para apuntalar la economía del Reino Unido. Nuestros préstamos totales a empresas y clientes comerciales llegó a más de 100.000l millones (113.000l millones de euros) a finales de 2018".
Dado que gran parte de la participación está aún en manos del Estado, el banco aportará 977 millones de libras (1.107 millones de euros) al Tesoro a través del pago de dividendos.