Dublín, 22 feb (EFECOM).- El Gobierno irlandés intensificó este viernes sus planes para hacer frente a un "brexit" sin acuerdo con una batería de leyes "históricas" encaminadas a proteger a sus ciudadanos y sectores económicos clave, aunque confía en que Londres y Bruselas pacten un divorcio ordenado.
El llamado proyecto de ley general del "brexit" incluye 15 "mini-leyes" elaboradas por nueve ministerios, en las que se identifican las áreas que más sufrirán el impacto de una salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) a las bravas.
El Ejecutivo de Dublín tramitará estas medidas en las dos cámaras del Parlamento durante las próximas tres semanas, antes de que se consume esta separación en la fecha prevista del 29 de marzo "con o sin pacto", indicó hoy el primer ministro irlandés, el democristiano Leo Varadkar.
El viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores, Simon Coveney, espera que ésta no sea necesaria y, en consecuencia, que acabe en "las estanterías".
Entre otras cuestiones, Dublín quiere asegurar que, en un escenario de "brexit" brutal, se mantengan, por ejemplo, los acuerdos de extradición entre los dos bloques o que los ciudadanos irlandeses sigan teniendo acceso a servicios sanitarios en el Reino Unido.
El Gobierno también aspira a que sus ciudadanos puedan cobrar sus pensiones y otros subsidios sociales en el país vecino, mientras que considera clave que la red eléctrica de toda la isla de Irlanda siga unificada, tal y como se acordó en 2007 en una reforma transfronteriza del sector energético.
Asimismo, la nueva ley busca dar continuidad al transporte de personas en autobuses y trenes entre las dos jurisdicciones, aún si el Reino Unido se convierte en un "país tercero de la noche a la mañana", recordó hoy Coveney.
Unos los sectores que más preocupa al Ejecutivo de Varadkar es el agroalimentario, que se juega más de 4.800 millones de euros anuales si Londres optara por un "brexit" sin acuerdo y asumiera la reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La Federación Irlandesa de Agricultores (IFA) ha recordado que más de la mitad de la carne de este país se exporta al país vecino, una actividad que podría dejar de ser rentable si se imponen nuevas tarifas y aranceles de la OMC o si el Reino Unido firma acuerdos con otros proveedores más baratos, como Brasil.
A este respecto, Coveney celebró hoy que la Comisión Europea (CE) haya aceptado excepciones para Irlanda, permitiendo a su Gobierno elevar el nivel de ayuda económica estatal para este sector, con vistas a que las empresas puedan reformar su modelo de negocio y reduzcan su dependencia del mercado británico.
Este mecanismo de seguridad ("backstop" en inglés) se ha convertido en el principal escollo para que Westminster ratifique el plan de salida de May.
El "backstop" está diseñado para mantener abierta la frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte e Irlanda en caso de que Londres y Bruselas no establezcan una nueva relación comercial al final del periodo de transición, en diciembre de 2020.
En ese contexto, todo el Reino Unido formaría una unión aduanera, pero Irlanda del Norte tendría un estatus especial más alineado con el mercado único europeo, a fin de proteger la invisibilidad de la frontera, clave para sus economías y el proceso de paz.
Los diputados conservadores euroescépticos y el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), cuyos diez diputados en la cámara permiten a May gobernar en minoría, rechazan la salvaguarda porque consideran que pone en riesgo la integridad territorial del país.