El exministro de Industria Miguel Sebastián se ha personado como acusación particular en las diligencias que investigan en la Audiencia Nacional las presuntas escuchas y seguimientos realizados por el excomisario José Villarejo a distintas personalidades de la vida política y económica.
Un comunicado del bufete CCS Abogados explica que la decisión responde a diversas informaciones sobre "operaciones de espionaje y vigilancia realizadas por grupos operativos coordinados por el entonces comisario de policía Villarejo, cuyos servicios habrían sido contratados en el año 2004 por responsables del BBVA".
Con esta operativa se habría intentado "favorecer los intereses económicos" del entonces presidente de la entidad, Francisco González.
Según han relatado distintos medios de comunicación, Miguel Sebastián fue objeto de seguimiento y vigilancia continuadas, y le fueron intervenidas sus comunicaciones, "tanto las privadas como las oficiales".
Asimismo, prosigue la nota, "se llegó a construir un falso relato en torno a su persona con el propósito de desacreditarlo ante los demás e intentar torcer su voluntad".
De ser ciertos estos hechos, "podrían constituir el mayor escándalo de corrupción corporativa de la democracia española", ya que se habrían utilizado "recursos del BBVA para la defensa de posiciones internas de poder en perjuicio de los accionistas minoritarios".
El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón investiga, en el marco de la operación Tándem, los servicios prestados a través de la empresa Cenyt, vinculada a Villarejo, a BBVA durante la presidencia de Francisco González, popularmente conocido como FG.
Entre la documentación que obra en poder de la Fiscalía Anticorrupción constan una serie de pinchazos y operaciones de seguimiento que sitúan el inicio de las relaciones entre BBVA y Cenyt en 2004, cuando Sacyr pretendía tomar el control de la entidad.