Alba Gil

L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), 25 feb (EFECOM).- El Congreso Mundial de Móviles (MWC) acaba de abrir oficialmente sus puertas y el colectivo de taxis ya se felicita. Con el metro en huelga parcial y la ausencia de empresas de vehículos de alquiler con conductor (VTC) como Uber o Cabify, los taxistas de la ciudad aseguran que están viviendo "su mejor año".

Así de contundente se ha mostrado durante la primera jornada del congreso el portavoz de la asociación de taxis Élite, Alberto Álvarez: "éste es, sin duda alguna, nuestro mejor año en cuestión de movilidad", ha dicho a

Con la flota de 10.523 taxis disponibles durante todo el día, los taxistas esperan poder hacer el "agosto" después de un inicio de año complicado, con paros y huelgas que pedían la regularización de los VTC y el fin del "intrusismo laboral". Y, de momento, creen estarlo consiguiendo.

"En comparación a otros años diría que también mejoraremos los ingresos un 15 %", un porcentaje al que contribuirá, sobre todo, "la huelga del metro", que funciona con servicios mínimos coincidiendo con las horas punta de entrada y salida del congreso.

Precisamente durante esos horarios, el tiempo de espera para coger un taxi ha llegado a superar la media hora, un factor decisivo para que muchos asistentes al congreso, en su mayoría directivos de grandes compañías internacionales y usuarios de VTC, desistieran del taxi y se decantaran por "la seguridad" del transporte público.

Uno de ellos es Cledwyn Jones, director de estrategia de Price Waterhouse Coopers (PwC), quien ha preferido coger hoy el metro, pese a que en Londres suele usar habitualmente Uber. "Como llegué temprano no había tanta gente y vine en metro, pero prefiero ir en vehículo privado", ha dicho.

Una situación similar es la que ha vivido Steve Smith, gerente de seguridad de la información de Vodafone, quien también ha llegado al MWC en metro ante la falta de Uber, su medio de transporte habitual.

Como han hecho muchos participantes ante la falta de VTC y la incertidumbre por los horarios del transporte público, ha decidido llegar bien temprano para evitar el tráfico en la ciudad y las aglomeraciones en el metro.

Por su parte, el brasileño Eliseu Siqueira, arquitecto de sistemas del banco Bradesco, ha optado por el autobús por "miedo a que el taxista me engañase" y no sin antes asombrarse por la ausencia de VTC.

"Vivo en Sao Paulo y allí uso mucho Uber. Para mí es chocante llegar a España, al primer mundo, como nosotros decimos, y que no haya Uber", ha exclamado.

Igual de decepcionado se ha mostrado Ramón Acín, de Amazon España, quien sí ha usado el servicio de taxi, pero también ha recalcado que preferiría Uber o Cabify por "la comodidad, la seguridad y el precio", y para evitar el "largo" tiempo de espera.

Las largas colas para coger un taxi que se formaron ayer se repetirán probablemente hoy porque, como ha subrayado el representante de los taxistas, "durante las horas punta es imposible que no haya espera".

"Nosotros no aparecemos por arte de magia, tenemos que llegar hasta un punto y hay tanta afluencia de gente que un poco de fila es normal", ha subrayado.

Sin embargo, y pese a las reclamaciones que están "oyendo" de varios clientes, el colectivo de taxistas se mantiene firme al reafirmar que tienen "plena capacidad para absorber toda la demanda" que genera el MWC, para el que también se han movilizado unos 3.500 VTC "tradicionales", contratados por algunas empresas como Google.

"Una cosa es la movilidad y otra el tráfico. Que yo sepa los VTC tampoco vuelan", ha ironizado Álvarez.

Mientras, Cabify ha lanzado una campaña para presionar a las autoridades después de que anunciara, igual que Uber, su salida este mes de Barcelona como respuesta a la entrada en vigor de un decreto aprobado por la Generalitat y que obliga a precontratar con una antelación mínima de 15 minutos sus servicios.

Bajo el lema "Barcelona, te echamos de menos", Cabify asegura que "en estos días tan ajetreados" les "encantaría continuar moviendo tu gente, tu cultura, tus calles" y la reacción en las redes sociales no se ha hecho esperar, con mensajes a favor y en contra de la presencia de VTC en la capital catalana.

A pesar de ello, ajenos a la polémica y con el decreto a su lado, los taxistas de la ciudad siguen disfrutando de su año de gloria. Un año que, aseguran, todavía dará mucho que hablar. EFECOM

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