La Comisión Europea (CE) llamó hoy a Grecia a acelerar la adopción y puesta en marcha de reformas después de que finalizara el tercer programa de rescate del país heleno en agosto pasado.
Según el segundo informe de supervisión reforzada a Grecia tras el rescate, publicado este miércoles, aunque Atenas ha realizado "progresos considerables" en la aplicacición de reformas comprometidas para finales de 2018, "el ritmo en algunas áreas ha sido lento y ha conducido a retrasos en reformas clave".
"El segundo informe de supervisión reforzada (...) muestra un progreso significativo, pero también algunas áreas en las que se necesitan más esfuerzos, e insto a las autoridades a completarlas a tiempo para el próximo Eurogrupo", que tendrá lugar el 11 de marzo, declaró en un comunicado el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici.
Así, Bruselas pide "más pasos" para poner en marcha al completo todas las reformas comprometidas sobre política fiscal y también pone el acento sobre la necesidad de finalizar los cambios en el sector financiero.
En cuanto al mercado laboral, la CE considera que se requieren más acciones y compromisos, y detecta tareas pendientes en las privatizaciones y las administraciones públicas.
Además, en el informe económico sobre Grecia que Bruselas publicó hoy junto a los de los otros 27 Estados miembros, se indica que el país mediterráneo experimenta "desequilibrios excesivos".
En ese sentido, se destaca la elevada deuda pública -la mayor de todo el club comunitario, que llegó al 182,5% del PIB en 2018-, el déficit exterior, la alta tasa de créditos morosos, el abundante desempleo y el escaso crecimiento potencial.
En el análisis dedicado a Italia, que a finales de 2018 vivió un enfrentamiento con Bruselas por su deseo de elevar el déficit público este año hasta el 2,4% del PIB y que tras una negociación entre Roma y la CE bajó al 2,04%, también se señala que el país presenta "desequilibrios excesivos".
El Ejecutivo comunitario opina que la deuda pública, que llegó al 131,1% en 2018 y es la segunda mayor de la UE, no descenderá en los próximos años dado el débil crecimiento económico previsto y la política fiscal expansionista del Gobierno.
La Comisión cita, igualmente, los elevados niveles de desempleo y de créditos fallidos, así como la baja productividad.
La CE también detecta desequilibrios en Alemania por su elevado superávit por cuenta corriente, aunque, según el Ejecutivo de la UE, cae con lentitud y pide a Berlín apostar por la innovación y la inversión "para hacer más resistente la economía alemana y para garantizar un modelo de crecimiento inclusivo y sostenible".