El grupo Sniace tuvo en 2018 unas pérdidas de 4,9 millones de euros, frente a los 3,7 millones de 2017, debido a los gastos asociados a la puesta en marcha de la nueva línea de fibra viscosa, que aún no está al 100 % y que no ha logrado el objetivo de calidad previsto.
La compañía alcanzó el pasado año una cifra de negocio de 67,5 millones, lo que supone un crecimiento del 53 % respecto al ejercicio anterior, en su mayor parte gracias a la fibra viscosa, cuya fabricación arrancó en diciembre de 2017, y que durante 2018 generó 14,7 millones de euros.
Además, la mejoría de la cifra de negocio ha estado influenciada por el aumento de la facturación en el segmento energía, con 25,5 millones de euros, ha añadido.
Sniace ha detallado que las necesidades térmicas de la planta de fibra están detrás del crecimiento de la producción energética, que ha duplicado su facturación respecto a 2017, gracias a la puesta en marcha de una segunda turbina que ha llegado a su total rendimiento en septiembre de 2018.
Los ingresos de la celulosa se han reducido de 31,4 a 24,1 millones al priorizar su empleo en la fabricación de fibra viscosa frente a la venta al exterior.
Sniace ha avanzado que está enfocando sus esfuerzos hacia el incremento de producción de la planta de viscosa, que ahora opera a menos del 75 % de su capacidad, y la mejora de la calidad.
Después de casi cinco años parada, la compañía ha destacado que al reanudar su actividad se encontró con que los estándares de calidad habían aumentado de forma considerable, por lo que hubo de iniciar un proceso de mejora casi continua de sus instalaciones.
Para 2019, la compañía espera llegar a esos nuevos estándares de calidad exigidos, así como un buen comportamiento de la demanda fundamentado en la nueva capacidad productiva de fibra viscosa en China y las homologaciones de la fibra en EEUU.