Las medidas adoptadas por Tesla para reducir costes, como el cierre de todas sus tiendas y el anuncio de que la empresa no tendrá beneficios en el primer trimestre del año, señalan las dificultades del fabricante de automóviles eléctricos de lujo para crecer.
A los inversores no les ha gustado la batería de anuncios realizadas en las últimas horas: este viernes los títulos de Tesla perdieron 25 dólares, un 8 % de su valor, para cerrar la jornada bursátil a 294,79 dólares.
Los analistas prevén que la caída se reiniciará el próximo lunes con la apertura de los mercados en vista de la tendencia de cotización tras el cierre de Wall Street.
La reacción puede parecer paradójica porque se produce cuando Tesla finalmente ha empezado a cumplir el compromiso de su fundador, Elon Musk, de vender una versión del Model 3, el que debería ser el vehículo de masas del fabricante, a 35.000 dólares.
Desde que Tesla empezó a producir el Model 3 a mediados de 2017, ha estado entregando a sus clientes sus versiones más caras, con un precio muy alejado de los 35.000 dólares que prometió Musk para popularizar la energía eléctrica en el mundo del automóvil.
De hecho, el Model 3 más asequible que está circulando hoy en día tiene un precio inicial de 43.000 dólares y el más caro, con todas las opciones posibles, de 59.500 dólares.
Además del lanzamiento finalmente del Model 3 estándar, Tesla también anunció el jueves una reducción del precio de sus otros dos modelos, Model S y Model X, un 6%.
El problema para algunos inversores y analistas es que las sucesivas reducciones de los precios de los vehículos de Tesla -el fabricante ha rebajado el precio del Model 3 en tres ocasiones este año- disminuyen el margen de beneficio que la compañía obtiene con la venta de cada unidad.
Y, como han señalado en las últimas horas algunas instituciones financieras, la reducción de los precios también apunta a que Tesla está reaccionando de forma impulsiva a un debilitamiento de la demanda de sus vehículos.
Una sensación reforzada por el anuncio de Musk durante la presentación del Model 3 estándar de que Tesla registrará pérdidas en el primer trimestre del año.
"Dado todo lo que está pasando en el primer trimestre, y estamos asumiendo muchos gastos puntuales, hay muchas dificultades para llevar vehículos a China y Europa, no esperamos ser rentables", dijo Musk el jueves.
Tampoco ayudan a reforzar la imagen de confianza de Tesla las nuevas normas para facilitar la devolución de vehículos que sus clientes no quieren y que permiten a un comprador recuperar el dinero pagado si lo devuelve en un plazo de siete días desde su entrega o antes de recorrer 1.000 millas (1.609 kilómetros).
Musk reconoció de forma implícita ese debilitamiento de la demanda en una circular enviada a sus empleados para explicar las medidas.
"El mes pasado, señalé en mi mensaje que el problema fundamental que Tesla tiene que superar es que nuestros productos siguen siendo demasiado caros para la mayoría. Sabemos que hay mucha gente que quiere comprar el Model 3 pero que simplemente no pueden costearlo", dijo.
Las medidas de reducción de costes tomadas por Tesla para intentar compensar la rebaja de sus precios no han podido tranquilizar a los inversores y añaden más incertidumbre en la fuerza laboral del fabricante.
Tesla ha anunciado esta semana que cerrará sus tiendas y venderá exclusivamente a través de internet para reducir costes y poder adelantar el lanzamiento del Model 3 estándar a 35.000 dólares.
Musk ha justificado la decisión porque el 78% de todas las ventas del Model 3 realizadas en 2018 fueron realizadas a través de internet y que un 82 % de los compradores nunca probaron el vehículo hasta que se les entregó.