Renfe ha lanzado un concurso para la compra de hasta 40 locomotoras de alta velocidad y el mantenimiento de los nuevos trenes serie 107 por 295 millones de euros, ha informado este lunes la operadora ferroviaria.
Estas cabezas motrices permitirán a Renfe la creación de la nueva serie 107 de alta velocidad y formar trenes AVE con las composiciones de coches Talgo actualmente en transformación.
Está previsto que las primeras cabezas motrices estén disponibles para prestar servicio comercial 24 meses después de la carta de adjudicación.
La licitación se compone de dos lotes, el primero de ellos de suministro y mantenimiento integral de 26 cabezas motrices, así como su integración y acoplamiento con las composiciones de coches transformados, para formar trenes Ave de rodadura desplazable, bitensión, con velocidad máxima de 330 kilómetros por hora, y con opción de adquirir hasta 14 locomotoras adicionales.
El segundo se refiere al mantenimiento integral de 13 composiciones de coches transformados, con opción de 6 de coches adicionales.
En ambos casos, el mantenimiento será durante el periodo de garantía a través de una sociedad mixta entre el adjudicatario de cada uno de los lotes y Renfe Fabricación y Mantenimiento, al 51 % y 49 % respectivamente.
Renfe se reserva, durante toda la duración del contrato de mantenimiento, la ejecución de la actividad relativa a las denominadas "intervenciones de segundo nivel", tanto de las cabezas motrices como de los coches.
En cuanto a la nueva serie 107, ante la evolución de la red de infraestructuras, en la que se producirá un periodo transitorio de coexistencia en los mismos corredores de vías de diferentes anchos, Renfe detectó la necesidad de ampliar el parque de rodadura desplazable hasta que dichas infraestructuras evolucionen a redes de altas prestaciones, y su utilización posterior cuando esto ocurra.
Para cubrir estas necesidades, se diseñó una operación consistente en la transformación del material rodante TrenHotel Serie 7, con baja utilización.
La operación, que se adjudicó a finales de 2016 a Talgo, consiste en la transformación de este material a composiciones que queden preparadas y aptas para acoplarse a cabezas motrices de nueva fabricación, para formar trenes autopropulsados capaces de circular hasta una velocidad de 330 kilómetros por hora por vías de ancho estándar UIC que puedan circular también por vías de ancho ibérico.