San Fernando de Henares (Madrid), 6 mar (EFECOM).- La exconsejera de Bankia Araceli Mora ha afeado al socio auditor de Deloitte Francisco Celma por sus contradicciones en la versión que ofreció al consejo de la entidad durante 2012 frente a su declaración como testigo en sede judicial, un año más tarde, en lo relativo a la situación de la entidad y la información de la que disponía.
A preguntas de la Fiscalía Anticorrupción, Mora ha cargado contra Celma, también implicado en la causa, al que ha reprochado que en su primera declaración de 2013 dijera que no dispuso de datos "del grupo, de los activos, de todas las posiciones de inversiones crediticias y valoraciones de fondos de pensiones", algo que nunca comunicó al consejo de administración de Bankia.
"Nadie me dijo que hubiese algún problema", ha insistido la exconsejera, que ha asegurado que a la salida del comité de principios de febrero de 2012 insistió al auditor sobre el posible impacto que podía tener la tardanza en la entrega de las tasaciones inmobiliarias, el único aspecto relevante que tenían pendiente de envío, "y dijo que no".
"A partir del 14 de febrero no volvimos a recibir ningún correo del señor Celma, así que si ya no manda ninguno asumimos que está transcurriendo con toda normalidad", ha dicho.
De este modo, ha relatado Mora, el consejo confió en las cuentas, no en vano "si no hay salvedades, la comunicación verbal es adecuada como dicen las normas de contabilidad y auditoría".
En cualquier caso, ha asegurado ante la sección cuarta de la Sala de lo Penal, Celma ya disponía por entonces de un borrador del informe de auditoría en el que constaba que Bankia aún no había recibido la autorización del Banco de España a su plan de negocio.
Prueba de ello es que tal observación "no concuerda" con la fecha del documento, que es posterior al visto bueno del regulador el 15 de abril de 2012.
Según ha indicado Mora, sus discrepancias con el auditor se acentuaron meses después, en mayo, con la reformulación de las cuentas del ejercicio 2011, llevada a cabo por el nuevo equipo del presidente José Ignacio Goirigolzarri y de la que afloraron cerca de 3.000 millones de euros de pérdidas.
Para la exconsejera, "ninguna de las causas que dio era suficiente para reformular", y ha incidido en que este proceso sólo puede ejecutarse "si hay un error, pero no un cambio en las estimaciones".
"'No, no, no. Se puede pensar que es un error pero no, es una reestimación por el impacto de los reales decretos', me dijo Celma. Pero entonces no procede, me puede usted decir lo que le dé la gana", ha apuntado Mora.
Ante esta situación, planteó su dimisión antes del 25 de mayo "porque la información era incorrecta".
El interrogatorio a Mora continuará el próximo lunes, cuando intervendrá su defensa.