El exconsejero de Bankia, Alberto Ibáñez, asegura que Deloitte no hizo su trabajo bien en lo que se refiere a la reformulación de las cuentas de Bankia de 2011 y sospechaba que no estaba diciendo la verdad. Así lo ha señalado durante el interrogatorio de su abogado al que se ha sometido en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia en julio de 2011 que se celebra en la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares (Madrid), donde ha explicado que finalmente votó a favor de la reformulación de las mismas pero dejando constancia en el acta de su "disgusto".

"No nos sentíamos respaldados por el auditor y pensábamos que no había sido coherente", ha remarcado Ibáñez ante la sección cuarta de la sala de lo penal, al tiempo que ha explicado que le pareció lo más "honesto" votar a favor, dado que solo quedaban cinco días para tener que presentar las cuentas.

El acusado ha aseverado que optó por apoyar al consejo de administración porque creía "en la buena fe" de las anteriores cuentas formuladas sin auditoría. "Pensaba que si no lo hacía iba a causar más daño, acepté la reformulación con los argumentos que me dieron aunque no estuviera de acuerdo", ha precisado.

Según ha dicho Ibáñez, el resultado contable de las cuentas formuladas y reformuladas era exactamente el mismo. Coincidían los ingresos, los gastos, el margen bruto. "Todas eran las mismas cifras, la única diferencia era la valoración de las provisiones", ha remarcado.

El exconsejero de Bankia ha subrayado que no existía ningún cambio en la aplicación de criterios, solo en las estimaciones. "De ahí, señor letrado, a pesar de que las estimaciones son subjetivas, hicimos lo que creíamos más honesto en ese momento", ha añadido.

El nuevo equipo del banco dirigido por José Ignacio Goirigolzarri quiso realizar una actualización en vista de la situación de la economía. Finalmente, un beneficio de 300 millones de euros derivó en pérdidas de 2.979 millones de euros.

En el mismo consejo en el que se debía aprobar la reformulación de las cuentas, el equipo debía votar la renovación del auditor. Ibáñez ha asegurado que la mayoría se negaba a que Deloitte continuara como auditor externo, pero fueron convencidos para dar el visto bueno a mantenerlo debido a que ya trabajaba para BFA y que solo había un compromiso de un año más, mientras que otra firma auditora requería un nuevo contrato por tres años.

DIMISIÓN A PETICIÓN DE ECONOMÍA

Por otro lado, Ibáñez ha relatado que el 25 de mayo de 2012, día en que todo el consejo de Bankia dimitió en bloque, presentó su retirada de la administración del banco después de que Goirigolzarri le llamara por la mañana y le dijera que el ministro de Economía, Luis de Guindos, así se lo pidiera.

"Goirigolzarri me llamó y me dijo que sentía enormemente que tuviera que dimitir, él quería que yo hubiera continuado, pero el Ministerio de Economía no quería que continuara en el consejo de Bankia nadie del equipo del señor Rato", ha apuntado.

En otro orden de cosas, el exconsejero de Bankia ha asegurado que se fue "prácticamente con lo puesto". Su sueldo en aquel momento era de 96.000 euros anuales y ha apostillado que no recibió ningún tipo de bonus ni pagos en especie. De hecho, ha añadido que compró acciones de Bankia y que ha perdido una cantidad "significativa" de su inversión.