París, 6 mar (EFECOM).- La OCDE está preocupada por la severa ralentización económica que constata en la zona euro y pide actuar de forma urgente con reformas estructurales que incluyen una mayor integración de los países miembros, y con más inversión pública de los países que tienen margen fiscal como Alemania.

La economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Laurence Boone, reconoció este miércoles en la presentación de su informe interino de perspectivas que el margen de maniobra es limitado, pero "se puede hacer mucho si los gobiernos cooperan".

Boone hizo notar que hay que aprovechar los bajos tipos de interés para incrementar la inversión pública, y eso lo tienen que hacer los países que disponen de margen, que según sus indicaciones son aquellos con un nivel de deudas inferior al 80 % de su producto interior bruto (PIB), lo que incluye entre otros a Austria, Alemania u Holanda.

De acuerdo con ese criterio, no disponen de margen fiscal países como Francia, España o Bélgica cuya deuda pública se sitúa en torno al 100 % del PIB, y todavía menos Portugal, Italia y Grecia, con tasas muy superiores.

Si el estímulo fiscal en esos países fuera de 0,5 puntos de PIB y a eso se sumaran las reformas estructurales de forma coordinada, se podría incrementar el crecimiento en la eurozona en casi tres décimas en 2019, en más de cuatro décimas en 2020 y en más de cinco en 2021.

Boone explicó que gracias al mercado único, el estímulo fiscal en uno de los Estados del euro tiene efectos beneficiosos para los demás, también para los que no disponen de margen fiscal.

Sobre las reformas estructurales necesarias, la economista jefe señaló deberes a cada país para reducir las trabas al negocio, pero también otras de carácter colectivo que "permitirían avanzar para completar el mercado único", en particular en los servicios.

En este informe, la OCDE revisa severamente a la baja sus previsiones de crecimiento económico para la zona euro y las deja en un 1 % para este año (ocho décimas menos de lo que anticipaba en noviembre) y un 1,2 % para el próximo (cuatro décimas menos).

Las razones de esa corrección son las turbulencias en el comercio internacional, las incertidumbres políticas que han erosionado la confianza de los empresarios y del consumidor.

Boone hizo notar que de confirmarse esta ralentización tendrá consecuencias muy importantes para el mercado de trabajo: el ritmo de creación de empleos pasará de cuatro millones en los dos últimos años sólo dos millones en los dos siguientes.

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