Fráncfort (Alemania), 7 mar (EFECOM) .- El Banco Central Europeo (BCE) ha pospuesto hasta 2020 la primera subida de tipos de interés desde 2011, debido al debilitamiento económico de la zona del euro, especialmente de Alemania e Italia.
El Consejo de Gobierno del BCE decidió continuar prestando semanalmente a los bancos al 0 %, seguir cobrándoles un 0,4 % por el exceso de sus reservas a un día (facilidad marginal de depósito) y prestándoles a un día al 0,25 % (facilidad marginal de crédito).
También anunció nuevas inyecciones de liquidez con vencimiento de dos años a partir de septiembre y hasta marzo de 2021, para que los bancos presten a las empresas y hogares e impulsen la actividad económica.
Además, las operaciones semanales de refinanciación seguirán siendo a tipo de interés fijo y con adjudicación plena, por lo que el BCE seguirá prestando a los bancos todo lo que necesiten hasta el final del período de mantenimiento de reservas mínimas que comienza en marzo de 2021.
Posteriormente el presidente de la entidad, Mario Draghi, explicó que el Consejo de Gobierno acordó todas estas decisiones "por unanimidad".
La reacción del BCE, que ha desplegado sus herramientas ante la ralentización económica y los riesgos, sorprendió a los mercados y analistas, que habían previsto, como mucho, que el BCE diría que está dispuesto a prestar más a muy largo plazo y que diera alguna señal de que iba a posponer la subida de los tipos.
La reacción del euro fue inmediata y bajó hasta los 1,1230 dólares, un centavo menos de lo que costaba el miércoles.
"Aunque hay señales de que algunos factores nacionales idiosincráticos que frenan el crecimiento comienzan a disminuir, el debilitamiento en los datos económicos apunta una moderación notable en el ritmo de expansión económica, que se extenderá a lo largo del año", dijo Draghi.
Asimismo, el debilitamiento del ritmo de crecimiento ralentiza el ajuste de la inflación hasta el objetivo del BCE, que es una tasa algo por debajo del 2 %
El Consejo de Gobierno contó en su reunión con las últimas proyecciones macroeconómicas que realiza el personal del BCE.
De nuevo, el emisor de la Unión Europea ha revisado a la baja sus pronósticos de crecimiento y, en esta ocasión, de forma considerable, seis décimas, hasta el 1,1 % en 2019 (1,7 % previsto en diciembre).
Los pronósticos de crecimiento para el 2020 han bajado una décima hasta el 1,6 % (1,7 % en diciembre) y se mantienen los del 2021 en el 1,5 %.
El BCE prevé ahora una inflación del 1,2 % en 2019 (1,6 % en diciembre), del 1,5 % en 2020 (1,7 % en diciembre) y del 1,6 % en 2021 (1,8 %).
El BCE también ha bajado sus pronósticos de inflación subyacente dos décimas respectivamente hasta el 1,2 % este año, el 1,4 % en 2020 y el 1,6 % en 2021.
Por lo que sigue sin lograr su objetivo de inflación, que es una tasa algo por debajo del 2 %, hasta después del 2021.
Draghi ha explicado que el debilitamiento económico que atraviesa la Eurozona se debe a factores externos e internos.
Entre los factores externos ha vuelto a citar "la caída del comercio mundial, la ralentización económica de China, las vulnerabilidades de los mercados emergentes, un posible debilitamiento de Estados Unidos y la caída de la confianza por las discusiones comerciales".
Y entre los externos, las dificultades de la industria del motor de Alemania e Italia.
También han insistido en que "predominan los riesgos a la baja para el crecimiento de la economía".
Draghi ha enfatizado que las nuevas inyecciones de liquidez son para que los bancos presten a las empresas y hogares y no para compren bonos soberanos, como ocurrió en las primeras operaciones de este tipo que introdujo a comienzos de la crisis de endeudamiento soberano en la Eurozona.
El BCE ha elegido la modalidad de un tipo de interés indexado, variable, para las nuevas operaciones, tasa que subiría en caso de que decida incrementar los tipos en algún momento.
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