Nora Quintanilla

Nueva York, 8 mar (EFECOM).- Hará diez años este sábado 9 de marzo el Dow Jones de Industriales, principal indicador de Wall Street, tocaba fondo en la crisis financiera (2008-2013) y caía hasta los 6.547,05 puntos, prueba de que la economía de EEUU se deslizaba "por un precipicio", en palabras del veterano inversor Warren Buffet.

Esa tarde de lunes, el Dow no fue el único en alcanzar su pico más bajo en unos 12 años; el selectivo S&P 500, que representa el mercado amplio, también lo hizo al tocar los 676,53 enteros, aunque muchos vieron en su mínimo de 666 puntos intradía del viernes anterior el verdadero descenso al abismo.

El índice compuesto del mercado Nasdaq, que aglutina hoy a las más grandes firmas tecnológicas, se hundió entonces hasta unos números no vistos en 7 años, 1.268,64 puntos.

Buffett, que a sus 88 años sigue siendo un gurú de la bolsa, predijo entonces que la recesión acarrearía consecuencias fuertes, pero también fue optimista a largo plazo: "Todo irá bien. Tenemos la mejor máquina económica que jamás ha creado el hombre".

En efecto, el Dow, el grupo de las 30 mayores empresas por capitalización bursátil de Estados Unidos, ha cuadruplicado prácticamente su valor en una década y estos días oscila en torno a los 25.500 puntos, tras anotarse el pasado verano el ciclo alcista más largo de la historia moderna.

Y es que a la Bolsa de Nueva York la ha propulsado en los últimos años el buen rumbo de la economía estadounidense, en el que han influido los recortes de impuestos y los resultados de las grandes empresas del país, que hicieron de 2017 un año de lujo, con siete decenas de récords en el Dow Jones. Pero no solo eso.

El analista sénior de Investing.com Jesse Cohen explicó a Efe que este ciclo que se remonta a 2009, cuando los mercados tocaron fondo, y que es "incomparable" a otros, se puede atribuir "en su mayor parte, a la Reserva Federal" (Fed) y sus políticas monetarias.

"En esa década, la Fed ha sido acomodaticia, bajando las tasas de interés y lanzando tres expansiones cuantitativas -como se conoce a la compra de grandes cantidades de deuda-. Y durante unos meses el año pasado, la Fed adoptó una línea dura y todo se hundió", agrega.

A finales de 2018, los mercados cayeron un 20 % y el "bull market" (ciclo alcista) se puso en entredicho por varios factores de incertidumbre, como la guerra arancelaria entre EEUU y China, el miedo a una ralentización del crecimiento económico y el propio ajuste monetario del banco central.

Pero la Fed "volvió a ser acomodaticia, comprometiéndose a ser paciente en sus futuras subidas de interés. Ahora apuntan a que podrían lanzar expansiones cuantitativas si se necesita", desgrana Cohen.

Este pasado enero y febrero, además, aprovechando una buena temporada de resultados corporativos que ya se da casi por cerrada, el parqué neoyorquino volvió a remontar y aparcó la volatilidad a la que lo llevan los inversores dependiendo de la actualidad político-económica de EEUU.

"Espero que las expectativas remonten junto a la bolsa, asumiendo que no hay otro cierre del Gobierno en el horizonte. También que una resolución amigable de las conversaciones comerciales EE.UU.-China impulse las cotizaciones y la confianza del consumidor", escribió en su blog económico el experto Ed Yardeni.