Madrid, 12 mar (EFECOM).- Las hipotecas a tipo fijo que forman parte de toda la cartera de préstamos de las entidades de crédito españolas han vuelto a crecer, y al cierre de 2018 representaban un 12,6 %, frente al 4,5 % de 2015.
Este comportamiento está en clara sintonía con la evolución que ha mantenido la actividad de nuevas hipotecas, que ha revertido su tendencia a favor de un tipo de interés inicial que permanece fijo por un periodo superior al año.
Este tipo de hipotecas nuevas a tipo fijo ha pasado de representar el 37,4 % del total a finales de 2015, al 65 % en 2018, según datos del Banco de España, recogido por la Asociación Hipotecaria Española (AHE).
La AHE ha publicado este martes un análisis de la cartera hipotecaria española, elaborado con los datos publicados por 13 entidades de crédito españolas sobre sus carteras de cobertura de las cédulas hipotecarias.
Según el citado informe, a cierre de 2018 el número de hipotecas en vigor ascendía a 5,728 millones de unidades, frente a las 5,211 millones de 2017.
Además, la cartera hipotecaria española elevó casi un 5 % su saldo vivo, hasta situarse en 478.946 millones de euros.
Según la AHE, esta "favorable evolución no obedece necesariamente a un crecimiento generalizado del contexto económico y financiero, sino también a la incorporación de nuevas entidades a la cartera y a la todavía persistente ordenación del sistema, con acuerdos de absorciones y fusiones, que generan balances de tamaño superior".
El informe también detalla que el importe medio de la cartera se redujo hasta los 86.054 euros en 2018, frente a los 91.111 euros de 2017, o los 99.353 euros de 2015.
En la nueva actividad, 2018 cerró con un importe medio anual de 142.660 euros.
La AHE también ha explicado que atendiendo a la naturaleza del préstamo, destaca el gradual aumento que experimentó la exposición crediticia residencial en detrimento de la actividad comercial.
Mientras que hace tres años la cartera residencial, expresada en saldo vivo, representaba un 71,5 % sobre el total, a finales de 2018 alcanzó el 78,9 %.
"Esta evolución pone de manifiesto, por un lado, el desplazamiento de la nueva oferta competitiva hacia aquellos segmentos de negocio más rentables y sostenibles en el tiempo y, por otro lado, las desinversiones llevadas a cabo por la banca para desprenderse o reducir la excesiva exposición crediticia asociado al sector de la construcción e inmobiliario", añade la AHE.