El grupo Mercadona factura 2,2 millones de euros mensuales con su negocio de venta por internet en Valencia, y sirve una media de 800 pedidos diarios, que distribuye en 134 códigos postales de 97 poblaciones de esta provincia, según datos difundidos por este grupo de distribución.

Mercadona inició en mayo la actividad de su "colmena" -como llaman en el grupo al centro logístico desde el que suministra sus productos en esta provincia-, pero el 12 de junio ampliará el negocio a Barcelona y a finales de 2019 o principios de 2020 lo hará en Madrid, ha anunciado este martes el presidente de grupo, Juan Roig.

Con posterioridad, lo extenderá también a las provincias de Zaragoza, La Coruña, Alicante, Bilbao, Murcia, Sevilla, Málaga, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.

En Valencia, los productos distribuidos parten de un centro ubicado en la localidad de Riba-roja, construido expresamente para este fin con una inversión de 12 millones de euros, que cuenta con una superficie de 13.000 metros cuadrados en los que se almacenan 8.000 tipos de artículos y en el que trabajan 220 personas, de las cuales 160 se encargan directamente de la carga, reposición y reparto.

El centro empezó a operar en mayo y entonces distribuía los productos en tan solo 14 códigos postales (hoy lo hace en 134, el más lejano de ellos a unos 40 km de distancia), y está concebido como un laboratorio donde ir aprendiendo y cogiendo la necesaria experiencia para hacer de la venta por internet un negocio rentable.

Los pedidos, que han de hacerse por la web -el grupo dispone de una aplicación, pero no permite por ahora dar órdenes de compra- se sirven a partir del día siguiente, en un horario que va desde las 7 hasta las 22 horas, de lunes a sábado.

El horario es uno de los factores que Mercadona ha ido adaptando a medida que sus clientes lo han ido pidiendo, como el embalaje para evitar, por ejemplo, que se rompan los huevos.

Para ello, los trabajadores de "la colmena" empiezan a preparar a las 22 horas de cada día los productos que deben ser puestos en el domicilio del cliente a las 7 de la mañana del día siguiente, empezando por los productos secos, seguidos de los refrigerados y de los congelados.

El equipo de ingeniería de Mercadona ha desarrollado un software propio para evitar que haya errores en la selección de los productos y el correcto envío, pues un operario prepara seis pedidos distintos a la vez si se trata de productos secos o doce si son frescos.

El horno instalado en esta nave empieza a trabajar al cien por cien de su rendimiento a las 5 de la mañana, para preparar los productos de panadería, que van en el 40 % de los pedidos -se sirven una media de 500 cruasanes y 6.500 piezas de pan cada semana-.

El reparto se efectúa en 40 vehículos, de dos tipos: con capacidad para 9 y 15 pedidos, aunque, como parte del compromiso del grupo con la sostenibilidad, Mercadona ha empezado a experimentar con uno eléctrico y ha repartido algún pedido con otro propulsado a gas.