Madrid, 13 mar (EFECOM).- El índice de precios de consumo (IPC) repuntó una décima en febrero, hasta el 1,1 % interanual, aunque la inflación subyacente (que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos frescos) cayó hasta su nivel más bajo en casi tres años.

Según la información confirmada este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la aceleración de una décima de la inflación anual se debe a la subida de los carburantes en el último año, frente al descenso registrado un año antes, lo que encareció un 1,8 % el transporte.

También contribuyeron a elevar la inflación los alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentaron su variación anual en cinco décimas, hasta el 1,4 %, debido en mayor medida al encarecimiento de las legumbres y hortalizas, aunque también bajaron el pescado y el marisco.

Excluyendo la energía y los alimentos frescos (tradicionalmente los bienes y servicios de consumo adquiridos por los hogares españoles más volátiles de todos los que se usan para conocer la evolución de los precios), se observa que la inflación subyacente quedó en el 0,7 %.

Se trata de la inflación subyacente más baja desde mediados de 2016 y es cuatro décimas inferior a la tasa general del IPC, muy lejos de la tasa "saludable" y "deseable" del 2 % que reflejaría un crecimiento económico robusto desligado de las variables más volátiles, según el profesor de Economía de Esade Juan Ignacio Sanz.

"La inflación subyacente está al ralentí" y es reflejo de lo que está ocurriendo, según Sanz, en Europa, lo que justifica que la previsión de subida de tipos se esté alejando en el tiempo.

Sólo en febrero el IPC subió el 0,2 %, una décima más que en febrero de 2018, y después de que en enero cayeran un 1,3 % en gran parte debido a las rebajas.

Tanto la variación mensual como anual del indicador adelantado del índice de precios de consumo armonizado (IPCA) -que mide la evolución de los precios con el mismo método en todos los países de la zona euro- coinciden con los valores facilitados por el INE.

El repunte de una décima interanual en febrero supone interrumpir la tendencia decreciente iniciada en noviembre, cuando se moderó seis décimas en un solo mes (del 2,3 al 1,7 %). Desde entonces ha seguido conteniendo su ritmo de crecimiento hasta el 1 % de enero, el más bajo en un año.

Ante estos datos, los sindicatos CCOO, UGT y USO han reclamado subidas salariales claramente por encima del 2 % que permitan recuperar algo de poder adquisitivo.

CCOO ha lamentado que el incremento salarial medio a nivel empresarial esté siendo del 1,4 %, para unos 450.000 empleados, lo que es "ostentosamente" inferior a los aumentos pactados en el ámbito sectorial, que alcanzan una media del 2,27 %, para más de seis millones de trabajadores.

Por ello, los sindicatos insiste en urgir a que se derogue la reforma laboral de 2012, que estableció la prevalencia del convenio de empresa sobre los sectoriales, algo a lo que el actual Gobierno ha renunciado a hacer antes de las elecciones por falta de apoyos en el Parlamento.

Entre los bienes y servicios que ayudaron a contrarrestar el encarecimiento de alimentos y carburantes destacan los relacionados con la vivienda, cuyos precios avanzaron el 0,9 % interanual, un punto y medio menos que en enero gracias al abaratamiento de la electricidad, que compensó la subida del gasóleo de calefacción.

Además, los bienes y servicios de ocio y cultura se abarataron el 1,6 %, siete décimas más que en enero, por la contención de los precios de los paquetes turísticos.

En lo que va de 2019 destaca el descenso del 16,7 % registrado por el vestido y el calzado, fruto de las rebajas de comienzo de año, aunque también acumulan descensos la vivienda (1,7 %), el ocio y la cultura (1,6 %) y el menaje (0,4 %).

Las comunicaciones subieron un 1,5 % interanual, un punto menos de lo que se encarecieron en enero, debido a la contención de los servicios de telefonía.

Por comunidades, la tasa anual del IPC aumentó en febrero respecto de enero en diez de ellas, se mantuvo en seis y sólo disminuyó en Canarias.

Los mayores incrementos se produjeron en Castilla–La Mancha (que registró una inflación del 1 %), Navarra (1,6 %) y País Vasco (1,3 %), con una subida de tres décimas en todas ellas respecto de enero.

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