Bruselas, 14 mar (EFECOM).- La Unión Europea (UE) ha dado luz verde a una propuesta para fortalecer la supervisión de las actividades de las cámaras de compensación, intermediarios clave en transacciones financieras, que busca fijar un marco para vigilar tras el "brexit" un negocio que está concentrado en Londres.
El acuerdo provisional alcanzado entre el Consejo (los Estados miembros) y la Eurocámara, los dos legisladores del club comunitario, afecta tanto a las cámaras con sede en la Unión Europea como en países terceros.
Prevé dar nuevos poderes de supervisión a la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA), con sede en París, pero no exige que todas las entidades de relevancia de terceros países establezcan su sede en el territorio de la UE.
Las cámaras de compensación o casas de contrapartida central (CCP) actúan como intermediarias de las operaciones entre entidades y responden en caso de impago de una de las partes, lo que hace de ellas un actor clave para la estabilidad del sector financiero, como se hizo patente durante la última crisis.
Con la retirada del Reino Unido de la UE, un volumen destacado de las actividades de compensación de derivados en euros se llevará a cabo en países no pertenecientes al club comunitario.
"Cuando afrontamos la salida del mayor centro financiero de la UE (Londres), la Unión Europea está protegiendo la estabilidad financiera al tiempo que sigue muy abierta a la integración internacional", declaró el vicepresidente de la Comisión para el Euro, Valdis Dombrovskis.
El Consejo recordó que actualmente hay 16 casas de compensación establecidas y autorizadas en la UE, así como 32 centrales de países terceros que pueden operar en los Veintiocho, y que tras la salida del Reino Unido de la Unión las tres que se encuentran en su territorio pasarán a ser consideradas CCP de países terceros.
La propuesta respaldada por los países y el Parlamento Europeo establece un comité de supervisión en el seno de la ESMA, con miembros independientes, supervisores nacionales y bancos centrales.
La nueva regulación también crea una distinción entre las CCP de terceros países con relevancia sistémica, capaces de desestabilizar el sistema financiero si quiebran o tienen problemas, y las que no tienen ese grado de importancia.
Así, las CCP con importancia sistémica establecidas en territorio extracomunitario deberán cumplir todas las reglas de la UE, así como los requisitos adicionales -de capital o liquidez, por ejemplo- que impongan los bancos centrales nacionales de la UE para poder operar en el club comunitario.
En última instancia, si la importancia de la CCP es tal que la ESMA considera que los requisitos citados no son suficientes para poder reconocerle el derecho de operar en la UE, la entidad en cuestión necesitaría establecerse en algún Estado miembro para poder seguir operando en territorio comunitario.
Pese al acuerdo entre países y Eurocámara, se seguirá llevando a cabo trabajo técnico para que tanto el Consejo como el Parlamento Europeo puedan adoptar los textos finales.
jug/lpc/mgm