La ingeniería española TSK y la británica Highview Power han alcanzado un acuerdo para desarrollar de forma conjunta sistemas de almacenamiento de energía masivo de larga duración, una actividad con la que esperan facturar unos mil millones de euros a finales del año 2021.
La nueva empresa -Highview TSK- iniciará el desarrollo de diferentes proyectos en España, Oriente Medio y Sudáfrica utilizando la tecnología propia de almacenamiento criogénico de energía de la compañía británica, ha informado TSK.
Según el primer ejecutivo de Higview Power, Javier Cavada, con esta alianza podrán impulsar sus sistemas de almacenamiento en el mercado internacional que constituyen, asegura, la solución idónea para el cambio a la energía renovable al permitir que la producción eólica y solar se conviertan en la carga base de generación, hibridando plantas criogénicas con las tradicionales de producción.
Para su homólogo en TSK, Joaquín García Rico, la fórmula desarrollada por Higview Power resulta "ideal" para ofrecer servicios de almacenamiento de gran escala y larga duración al tratarse de una tecnología económicamente viable además de limpia y de larga duración y que puede ser implementada de forma inmediata.
TSK ha participado en la ejecución de más de 20 gigawatios de plantas de generación en más de 35 países y aporta experiencia en proyectos de generación tanto convencional como renovable -solar, eólico, hidráulica, geotérmico y biomasa- y ha desarrollado además una decena de proyectos de almacenamiento de energía.
TSK-Highview contará con más de 1.000 profesionales de la ingeniería y la construcción para ejecutar los proyectos de almacenamiento de energía de larga duración desde sus oficinas en Gijón, Madrid, Vitoria, Colonia, Londres y Nueva York.
Según ambas empresas, los operadores de red recurren cada vez más al almacenamiento de energía de larga duración para mejorar la competitividad de la generación, equilibrar la red, aumentar la fiabilidad y reducir el precio de la energía al usar más renovables.
El proceso de reducción de las emisiones de dióxido de carbono está provocando el cierre acelerado de las centrales tradicionales de carbón lo que, unido al despliegue de plantas de generación intermitente de energía renovable -principalmente solar fotovoltaica y eólica- causa problemas de fiabilidad en la red al depender en gran medida de las condiciones meteorológicas.