La marca checa Skoda tuvo un beneficio operativo de 1.377 millones de euros en 2018, lo que supone registrar una caída de un 14,6 % en comparación con el año anterior, cuando obtuvo 1.611 millones de euros.
Skoda ha explicado este miércoles en un comunicado que el beneficio operativo y la rentabilidad sobre la facturación -que se ha situado en un 8 %- se han mantenido elevados "pese a las exigentes condiciones" que se han vivido en este ejercicio.
En 2018, la facturación global de la marca ha sido de 17.293 millones de euros, un 4,4 % más respecto a 2017, y las ventas en todo el mundo han aumentado también un 4,4 %, hasta 1.253.700 vehículos.
La producción aumentó el año pasado un 3,7 %, hasta 902.500 unidades.
Skoda ha destacado que en 2018 lanzó "con éxito" su programa de inversiones y obtuvo un ROI (retorno sobre la inversión) del 26,3 %, lo que representa un "nivel alto en relación con la competencia".
De hecho, las inversiones en activos tangibles aumentaron un 22,2 %, hasta 896 millones de euros que se han utilizado para nuevos productos, tecnologías de propulsores y baterías, así como para el desarrollo de las instalaciones, mientras que los gastos en I+D se han incrementado un 46,8 %.
Skoda ha invertido cerca de 500 millones de euros directamente en plantas e instalaciones en la República Checa.
El consejero delegado de Skoda, Bernhard Maier, ha declarado que la campaña de productos está "demostrando su eficacia", a pesar de que 2018 fue un año de retos considerables para la marca, que asumió "la responsabilidad de numerosas tareas dentro del Grupo Volkswagen".
Entre ellas, Maier ha mencionado la gestión regional de India y Rusia, el desarrollo y producción de la familia Passat en la planta de Kvasiny, así como la expansión de las capacidades de producción en una planta multimarca.
Según el máximo responsable de Skoda, la transición al nuevo ciclo de homologación de consumos y emisiones WLTP y la disputa comercial entre Estados Unidos y China "crearon incertidumbre y reticencia a la compra en algunos mercados".
Se reflejan también en el resultado de la compañía los efectos negativos de los tipos de cambio, los mayores costes de personal y los "elevados gastos iniciales para el futuro".
Skoda ha "contrarrestado activamente" estos retos con un 'programa de rendimiento' que pretende continuar en 2019, año que también ve "exigente", ha indicado Maier.
Sin embargo, aunque en su opinión haya unas condiciones económicas actuales "complicadas", el proceso de transformación en la industria automovilística "también supone un impulso para Skoda".
"Los gastos iniciales en los próximos años asegurarán el futuro a largo plazo para nuestra compañía y para la República Checa como sede automovilística", ha añadido.
El director financiero de Skoda, Klaus-Dieter Schürmann, ha detallado que, "incluso en aguas revueltas", Skoda es una compañía sostenible gracias a la gestión "activa" de los precios, las ventas, y el "consistente control de costes".
Schürmann prevé "fuertes vientos en contra" en 2019, "especialmente en algunos mercados clave", pero ha recordado que la marca lanzó su 'programa de rendimiento' en el primer semestre de 2018, iniciativa que cuando tenga "pleno efecto" cree que conllevará un ahorro anual de 500 millones de euros de 2020 en adelante.
"Al mismo tiempo, continuaremos electrificando nuestra gama de modelos en los próximos años, invertiremos en nuevas soluciones de movilidad e internacionalizaremos aún más nuestra compañía", ha apuntado Schürmann.
El fabricante checo lanzó el año pasado un programa de inversiones con el que se destinará, a lo largo de los próximos cuatro años, 2.000 millones de euros a la movilidad eléctrica y los nuevos servicios de movilidad.