París, 26 mar (EFECOM).- Francia consiguió en 2018 quedarse por segundo año consecutivo por debajo del techo de déficit público del 3 % del producto interior bruto (PIB) fijado por el Tratado de Maastricht con un 2,5 %, tres décimas menos que el obtenido en 2017.
Las razones de esa disminución de los números rojos de las cuentas públicas fueron una ralentización del incremento del gasto de las administraciones el pasado año y un aumento de los ingresos, aunque a un ritmo inferior al del ejercicio precedente, explicó este martes el Instituto Nacional de Estadística (INSEE).
El conjunto de los gastos subieron un 1,9 %, tras el 2,3 % de 2017, y eso pese a que los intereses de la deuda aumentaron un 0,4 % tras haber caído un 3,8 %, a causa de la indexación sobre la inflación de unas obligaciones, precisó el INSEE en un comunicado.
Por lo que respecta a los ingresos, en 2018 ascendieron un 2,3 % después de haberlo hecho un 3,8 % el año anterior.
Se aceleró el incremento de la recaudación gracias al impuesto sobre la renta y al impuesto del patrimonio (+6,2 % en conjunto, tras +5,1 %).
Sin embargo, el Estado consiguió 3.200 millones menos por el impuesto de sociedades por una rebaja del tipo impositivo y por una contribución excepcional que se había cobrado a las empresas en 2017.
Además, la polémica desaparición del impuesto de solidaridad sobre la fortuna, transformado en impuesto sobre la fortuna inmobiliaria, amputó a las arcas públicas 3.200 millones de euros en términos netos.
Las cifras del déficit fueron mejores de lo que había anticipado el Gobierno, que preveía un 2,6 %.
El titular de Hacienda, Gérald Darmanin, destacó en una entrevista a la emisora RTL que cuando fue nombrado ministro (en mayo de 2017) había un déficit del 3,4 %. "Ahora es del 2,5 %, lo que supone el equivalente de más de 10.000 millones de euros de esfuerzos realizados".
Por lo que respecta a la deuda pública francesa, a finales de 2018 era de 2,3153 billones de euros, 56.600 millones más que un año antes.