La compañía Nueva Pescanova cerró 2018 con un beneficio neto de 5,4 millones de euros, su segundo año consecutivo en positivo después del concurso de acreedores en que entró el grupo en 2013.
La firma multiplicó por 18 sus ganancias respecto a 2017 y su facturación en términos comparables -después de las desinversiones hechas durante el año en el negocio de harinas, piensos y servicios marítimos en África- mejoró un 1%, hasta los 1.008 millones de euros.
El ebitda también se situó en 75 millones de euros, un 6% inferior al dato del año anterior, impulsado por los "buenos resultados" en las divisiones de pesca, comercial y acuicultura de rodaballo pero afectado por la caída del negocio del langostino, principalmente en la operación de Nicaragua.
Los responsables de Nueva Pescanova han destacado que el proceso de desinversiones previsto para el período 2016-2020 ya ha terminado y que la compañía está centrada en los productos del mar, segmento en el que sus ventas en volumen crecieron un 5%, hasta las 177.000 toneladas.
Además, la empresa invirtió 41 millones en 2018, una parte de los cuales se dirigió a ampliar su participación (del 15% al 45%) en la firma procesadora de langostinos Abad Overseas.
También ha creado junto a la empresa Kabuki una nueva firma (llamada Katei Alimentación) para elaborar comida japonesa para diferentes cadenas de supermercados y de restauración en España, un proyecto que incluye la puesta en marcha de tres fábricas en Canarias, Andalucía y Castilla y León y que generará "alrededor de 300 empleos", según sus cálculos.
Asimismo, Nueva Pescanova abordó la compra de la sociedad comercial Unickfish en Sudáfrica e inició la construcción de los nuevos barcos que renovarán parte de la flota del Grupo: tres para la pesca de merluza en Namibia y cuatro para el langostino en Mozambique.
Otra de las iniciativas que arrancó en 2018 fue la construcción de un centro de I+D+i especializado en acuicultura en O Grove (Pontevedra), según ha destacado la compañía en su informe de resultados.