Alfredo Martínez
Sevilla, 28 mar (EFECOM).- El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, recientemente aprobado por el Gobierno para impulsar la transición hacia una economía descarbonizada, debe ser "una política de Estado", según ha dicho a Efe el secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal,
Domínguez Abascal explica, en una entrevista con Efe, que este plan se ha elaborado "pensando en que sea una política de Estado" y añade "que tiene muchos elementos para poder serlo", por el escaso rechazo que ha suscitado y porque impulsa las energías renovables, "que no son sólo necesarias, sino también las más baratas".
"La forma más barata de producir electricidad en España en este momento es con el sol o con el viento; no hay ninguna otra más barata, ya que el avance tecnológico nos ha permitido que estemos preparados para una transición que, por otra parte, es imprescindible", señala.
Añade que este plan está "totalmente alineado" con las directrices de la Unión Europea para cumplir unos objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, impulso de las energías renovables o penetración del vehículo eléctrico "que podemos compartir todos".
Diversos sectores, desde compañías energéticas, a industrias o gobiernos regionales han acogido este plan "pensando que es el adecuado", según Domínguez Abascal, quien matiza que aún es un borrador que se debe de homogeneizar con los demás países comunitarios y enriquecer con las contribuciones que se presenten este año.
"Es un plan que responde a una necesidad, que está alineado con las directrices de la Unión Europea y que, por lo tanto, difícilmente se pueda adoptar otro muy diferente", concluye.
El secretario de Estado, que esta semana ha retomado su perfil docente en una jornada sobre ingeniería y empresa en su Sevilla natal, insiste en que la transición hacia una economía descarbonizada es "una necesidad", porque "no podemos continuar emitiendo gases de efecto invernadero en la medida en la que lo estamos haciendo" y valora que este cambio se afronte con energías renovables "que han dado ya el salto tecnológico necesario para convertirse en baratas y eficientes".
En su opinión, Europa y Estados Unidos deben de asumir "la principal responsabilidad" de la lucha contra el cambio climático, por haber sido los impulsores de una revolución industrial basada en los combustibles fósiles de la que se han "beneficiado durante ciento cincuenta años".
El primer objetivo en la lucha contra el cambio climático debe centrarse, en su opinión, en la generación eléctrica, porque produce el 25 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero y en la que se prevé instalar 55.000 megavatios (MW) de energías renovables, una potencia equivalente a 55 centrales nucleares.
Estas plantas, en su mayoría eólicas y solares, está previsto que entren en carga antes de 2030 según el Plan de Energía y Clima.
"Se trata de cambiar fuentes de energía por otras más limpias, pero también más baratas; un cambio que movilizará una inversión de doscientos mil millones de euros y generará más de doscientos cincuenta mil empleos; es una oportunidad que debemos y podemos aprovechar", apostilla.
Admite que una de las dificultades para este despliegue es la lenta tramitación de los permisos administrativos, "cuyos plazos son más largos de lo que nos gustaría y que debemos acortar", pero matiza que el Gobierno, "en su corta andadura", ya ha aprobado varios decretos leyes para aclarar competencias y evitar litigios con la CNMV.
Unos decretos a los que, anuncia, se unirá el de fomento del autoconsumo individual y compartido, que se aprobará de manera inminente por el Consejo de Ministros.