Pekín, 29 mar (EFECOM).- Representantes de los gobiernos de China y Estados Unidos terminaron este viernes en Pekín una nueva ronda de "negociaciones comerciales constructivas", que está previsto continúen la semana que viene en Washington con la visita de una delegación china.
"El representante de Comercio de EEUU (Robert Lightizer) y yo hemos concluido unas conversaciones comerciales constructivas en Pekín", aseguró a través de su cuenta de la red social Twitter el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin.
"Estoy deseando recibir al viceprimer ministro de China Liu He en Washington la semana que viene para continuar con estas importantes conversaciones", agregó Mnuchin en su mensaje.
Mnuchin acompañó el citado texto de una fotografía en la que se ve posando a las dos delegaciones de traje y corbata, con el secretario del Tesoro y el 'premier' chino dándose la mano en el centro de la imagen y, tras ellos, siete pares de banderas de ambos países, en orden alterno.
Aunque en otras ocasiones los negociadores han aportado detalles o publicado comunicados de prensa sobre estos encuentros para zanjar la guerra comercial que mantienen las dos mayores economías del planeta, en esta ocasión no ha trascendido más información.
"En anteriores rondas de negociación, una o ambas partes han publicado declaraciones, pero no estoy seguro de que lo vayan a seguir haciendo si no hay nada más de lo que informar esta vez", dijo a Efe una fuente cercana a las negociaciones.
Los enviados estadounidenses llegaron este jueves a Pekín, y entraron en materia durante una cena de trabajo, antes de la cual -según el diario hongkonés South China Morning Post- Mnuchin le habría comentado a Liu: "Es un placer volver a verle".
La cena habría sido "muy productiva", indicó Mnuchin, citado por el rotativo hongkonés, en la mañana local de este viernes (GMT +8) a la salida de su hotel en la capital china de camino a nuevas reuniones.
Entre los temas a tratar destacan los espinosos aranceles, el desequilibrio de la balanza comercial, la transferencia forzada de tecnología, la protección de los derechos de propiedad intelectual o las trabas a la inversión extranjera.
Sobre este último asunto, el primer ministro chino, Li Keqiang, aseguró este jueves durante el Foro de Boao -el considerado 'Davos chino'- que el país asiático abrirá a la inversión extranjera nuevos sectores económicos para finales del próximo mes de julio.
En este sentido, Li prometió una mayor apertura en las industrias de servicios, como las telecomunicaciones, la sanidad y la educación, así como del sector financiero, incluyendo bancos, entidades aseguradoras e instituciones financieras.
También este jueves, tanto el consejero económico de la Casa Blanca Larry Kudlow como el portavoz del Ministerio de Comercio de China Gao Feng dieron señales de que las negociaciones podrían no cerrarse la semana que viene en la capital estadounidense.
"Aunque ha habido ciertos progresos durante las conversaciones telefónicas entre el viceprimer ministro Liu He y sus homólogos estadounidenses, todavía queda mucho por hacer", aseveró Gao, antes de que se produjera la mencionada cena de trabajo entre ambas delegaciones.
Por su parte, Kudlow indicó que el ansiado acuerdo podría demorarse semanas e incluso meses.
"Si lleva algunas semanas o meses más, que así sea. Tenemos que lograr un gran acuerdo, como dice el presidente (Donald Trump), que beneficie a EEUU. Es nuestro objetivo principal", señaló el consejero económico.
El pasado 1 de diciembre, en el marco de la cumbre del G-20 en Buenos Aires, el presidente de China, Xi Jinping, y el de Estados Unidos, Donald Trump, acordaron una tregua comercial en la que tratar de solucionar sus desavenencias.
Sin embargo, y a pesar de unas muestras iniciales de buena voluntad por ambas partes, la semana pasada Trump afirmó que mantendría algunos aranceles sobre los productos chinos "por un periodo sustancial" hasta estar seguro de que Pekín cumplirá los acuerdos.
Más allá del contenido del acuerdo en sí y de los complejos temas sobre la mesa, uno de los principales escollos es la necesidad de ambos gobiernos, de retórica fuertemente nacionalista, de vender a sus ciudadanos su victoria sobre el gran rival.
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