El proceso de liberalización del mercado ferroviario de viajeros en la Unión Europea (UE) ha ido avanzando a distintas velocidades y en algunos países como Reino Unido se concretó entre 1994 y 1997, instigado por el gobierno conservador de Margaret Thatcher y completado por John Major.
En los años 80, Thatcher (1979-90) vendió varias empresas estatales, muchas de ellas vinculadas al ferrocarril, lo que permitió a su sucesor (1990-97) privatizar todo el sistema ferroviario, al amparo de la ley de ferrocarriles de 1993.
Las funciones de la British Railway Board (BRB), que gestionaba la compañía pública British Railways (BR), se separaron y vendieron, mientras que varias funciones regulatorias se trasladaron a la nueva oficina del Rail Regulator.
El control de la infraestructura pasó a manos de varias compañías agrupadas en Railtrack, en tanto que el mantenimiento de las vías y otros activos fueron inicialmente vendidos a trece empresas, también las operaciones de trenes de carga, y pasó a adjudicarse por concurso la operación de trenes de pasajeros.
El sistema privatizado, constante objeto de debate en la isla por sus continuos problemas, sufrió un choque al quebrar en 2001 Railtrack, cuando sus operaciones tuvieron que ser renacionalizadas y asumidas por la estatal Network Rail.
La liberación del mercado de ferrocarril es un asunto polémico en este país, hasta el punto de que es una prioridad electoral del actual Partido Laborista renacionalizar el sistema.
Italia liberalizó su mercado ferroviario en 2012 y fue uno de los primeros países europeos en adoptar las directivas comunitarias a su legislación.
Hasta entonces, había sido la empresa pública italiana Ferrovie dello Stato, nacida en 1905, la que había conservado el monopolio del sector, pero en 2012 hizo su irrupción la empresa privada Italo-Nuovo Trasporto Viaggiatori (NTV).
Actualmente, Ferrovie dello Stato es la sociedad pública encargada de gestionar y mantener las infraestructuras ferroviarias, a través de su filial Rete Ferroviaria Italiana, y controla también Trenitalia, que se encarga del servicio de pasajeros.
Por su parte, el tren Italo de NTV nació en 2006 de la mano de un grupo de empresarios italianos, entre los que se encontraba Luca Cordero di Montezemolo (antiguo presidente de Ferrari y de Alitalia), es actualmente el operador privado italiano líder en la red ferroviaria de alta velocidad y compite con Trenitalia en el servicio de viajeros.
Hace un año, la compañía fue comprada por el fondo estadounidense Global Infrastructure Partners (GIP).
En Alemania, la liberalización comenzó en 1994 con la creación de la empresa Deutsche Bahn (DB) AG, tras la unificación del país.
DB es una sociedad anónima propiedad del Estado alemán y agrupó a las dos compañías públicas ferroviarias que existían en ese momento: la Bundesbahn, que tenía un endeudamiento muy elevado de unos 34.000 millones de euros, y la Reichsbahn, que era la compañía estatal de ferrocarriles de la antigua República Democrática Alemana (RDA) y tenía una necesidad inmensa de inversiones, por lo que estaban lastrando mucho el presupuesto federal.
Este proceso, conocido como "Bahnreform", también incluyó el traspaso de la competencia sobre el transporte ferroviario de pasajeros del Estado federal a los estados federados en 1996 y la apertura del mercado de las vías férreas a otros competidores.
Hoy en día, DB tiene competencia en el transporte de mercancías y de cercanías, pero no en los trayectos de largo recorrido, que siguen siendo gestionados prácticamente sólo por ella, al igual que las infraestructuras y redes ferroviarias en Alemania.
En Francia, la compañía estatal SNCF se prepara activamente a la liberalización de las líneas interiores a partir de diciembre de 2020, con la peculiaridad de que una de sus filiales es la que debe garantizar las condiciones no discriminatorias para la entrada de nuevas empresas que compitan con ella.
SNCF Reseau ejerce el monopolio sobre las infraestructuras ferroviarias y su responsable de la dirección de clientes y servicios, Jean Ghédira, anunció la semana pasada que están en contacto con dos candidatos -cuyos nombres no quiso divulgar- para los que esperan que su llegada a Francia se concrete.
La otra gran filial que se ocupa de hacer circular los trenes, SNCF Mobilités, trabaja desde hace tiempo en segmentar su oferta en la alta velocidad (TGV) con la marca Inoui para los trenes de gama alta y Ouigo para los de bajo coste.
La SNCF explota trayectos internacionales en cooperación con operadores de los países vecinos como Renfe, con Elipsos entre Francia y España; la belga SNCB, con Thalys y Eurostar, junto también a la holandesa NS; Deutsche Bahn, con Aleo, y la suiza CFF, con Lyria.
Desde 2010, tiene en Thello, filial al 100 % de Trenitalia, un competidor en las líneas internacionales entre Francia e Italia.