(Actualiza la EC1231 con más declaraciones)
San Fernando de Henares (Madrid), 1 abr (EFECOM).- El exdirector de Supervisión del Banco de España Mariano Herrera ha asegurado hoy en la Audiencia Nacional que el organismo constató que las cajas de BFA-Bankia disponían de provisiones suficientes para posibles deterioros en los dos años siguientes a su creación, pero que no entró en el tratamiento contable ya que escapaba de su competencia.
En calidad de testigo en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia, Herrera ha insistido en que "las cuentas son responsabilidad de los administradores y del auditor" y, en el caso de las cotizadas, de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), no del Banco de España que, como "supervisor prudencial", se limita a comprobar "que se hayan hecho los ajustes, no si están recogidos en uno u otro sitio. No es lo que más le interesa".
Aunque su llegada al departamento de cajas se produjo después del acuerdo de fusión fría de las siete entidades, el inspector ha explicado que el organismo autorizó un ajuste a valor razonable en la integración del negocio, pero no cargar pérdidas incurridas contra reservas, ya que "no había ninguna posibilidad legal".
Según Herrera, el Banco de España realizó una serie de requerimientos en materia, entre otros, de reclasificación de créditos a Caja Madrid, Bancaja, Caja Ávila y Caja de Canarias, que ostentaban el 90 % del peso del nuevo grupo y que todas cumplieron a cierre de 2010.
En concreto, "hubo una petición de ajustes para cuatro de las siete cajas de 8.084 millones, pero en total presentaron unos 10.400 millones, en números redondos. Entendimos que había el margen suficiente para los dos años siguientes", ha indicado el exdirectivo.
Asimismo, ha añadido que aunque las entidades liberaron provisiones para compensar pérdidas, "pese a todo quedaban 1.200 millones para insolvencias", una cantidad superior a los cerca de 500 millones que sugerían los expertos de AFI y Deloitte.
Ante la insistencia de la fiscal Carmen Launa, Herrera ha dicho que a pesar de haber registrado pérdidas, las cajas podrían haber seguido con el proceso de integración ya que "económicamente se convierten en sucursales de BFA, por lo que ya no tiene mucha trascendencia lo que hagan".
También se ha pronunciado sobre Banco de Valencia, y ha aseverado que el que el grupo no respaldara ninguna alternativa a la intervención pública de su participada no fue "un mensaje positivo para el mercado", pero no evidenciaba posibles problemas de viabilidad en Bankia ya que eran "filiales independientes".
Herrera ha indicado que la recesión en la que entró la economía en 2012 dibujó un panorama en el que "hubo entidades con crisis similares a la de Bankia".
Respecto a la salida a bolsa, el inspector ha rechazado que el Banco de España "dirigiera" o instara a llevar a cabo la operación, que fue una "decisión empresarial de la entidad, influida por el decreto ley que pedía a las entidades que se capitalizaran".
Como hiciera el exgobernador Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha manifestado que la rebaja en el precio de salida de la acción "en todo caso, perjudicaría a la matriz", BFA, pero no a los inversores.
Sobre los polémicos correos electrónicos del inspector José Antonio Casaus, reticente acerca de la viabilidad de BFA, ha rechazado que se le transmitiera el contenido.
En su opinión, "claro que era mejor la entrada de un banco extranjero" a la salida a bolsa, como sostenía Casaus, "pero es que era imposible".
"En ese momento", ha alegado, no disponían de información que desaconsejara el debut bursátil puesto que el primer informe del Banco de España que habla de inviabilidad "es de marzo de 2012, y es sobre BFA, no Bankia".