San Fernando de Henares (Madrid), 2 abr (EFECOM).- El jefe de inspección del Banco de España en Bankia en el momento de su debut bursátil, Pedro Bravo, ha reconocido este martes ante la Audiencia Nacional que "sí que se estaba viendo" que el grupo financiero podía "tener problemas de futuro", entre otros, por su escasa capacidad de generar beneficios, ya que "no era tan bonito todo como nos decían".
En calidad de testigo, Bravo ha admitido que a su equipo no le "gustaba nada" ni la estructura de doble banco adoptada para la salida a Bolsa ni los "muchos extraordinarios que estaban haciendo que las cuentas fueran un poquito menos malas", aunque no ha podido concretar las dudas acerca de la viabilidad de la matriz, BFA, al ser interrumpido por la presidenta de la sala, Ángela Murillo.
"¿Llegó a la conclusión de que BFA era inviable a medio plazo?", ha preguntado la fiscal Carmen Launa al inspector, en alusión a los correos electrónicos del jefe del seguimiento de la entidad, José Antonio Casaus, en los que expresaba sus temores sobre un posible riesgo de insolvencia.
Una cuestión que la magistrada ha considerado improcedente para el interrogatorio de Bravo, destinatario en copia de dichas comunicaciones, que ha explicado que aunque Casaus "tenía muchísima más información" para opinar al respecto, a él y a los otros inspectores no les convenció la estructura elegida por el grupo.
"Lo único claro es que la calificación de Bankia no mejoró con la doble estructura", ha señalado ante la sección cuarta de la sala de lo Penal, a la que ha añadido que el mercado "parece" que tampoco valoró la medida.
Asimismo se ha referido a cómo fueron las labores de inspección del Banco de España en BFA-Bankia después de la fusión fría de las siete cajas, "una cosa muy sencilla" que se convirtió "en una locura" dada la carga inicial de trabajo.
"Se hizo lo mejor que se pudo con la información que teníamos, que no siempre era de primera mano. 'Que si primero lo voy a hacer de una forma, que si ahora doble banco...'. Había mucho ajetreo", ha recordado Bravo.
Respecto a las preocupaciones del organismo en materia de gobernanza, el inspector ha admitido que eran reticentes a mantener en el nuevo grupo surgido de la integración a "los mismos consejeros que habían llevado a las cajas a esa situación", máxime teniendo en cuenta que "acabaron por pedir ayuda".
Sobre cuál era el estado de las siete entidades, Bravo ha indicado que le llamó la atención que Bancaja sólo tuviera como dudosos un 15 % de su cartera crediticia y que "luego se vio viendo que el grupo inmobiliario no era muy bueno".