Cascais (Portugal), 2 abr (EFECOM).- Nacida para actualizar la ropa tradicional de Libia, Zimni Jdeed, una empresa de apenas seis trabajadoras, es ahora ejemplo internacional tras vencer la primera edición del premio "Emprendimiento local joven en el Mediterráneo", que busca potenciar el talento en la región.
El éxito internacional de la joven empresaria Najway Altahir Mohammed Shukri, de 27 años, y su hermano Ali, de 25, llegó hace apenas cinco semanas, cuando fueron los primeros ganadores de un reconocimiento creado por la Asamblea Regional y Local Euromediterránea (ARLEM) para "cambiar la narrativa" sobre la zona.
Así lo explica a Efe en la ciudad portuguesa de Cascais Olgierd Geblewicz, presidente de la Región de Pomerania Occidental y uno de los impulsores de este novedoso premio, que ahora se promociona en Portugal con motivo de la cuarta conferencia de la Unión por el Mediterráneo (UpM) dedicada al empleo.
"Promover el emprendimiento es uno de nuestros retos cruciales en los países mediterráneos", afirma Geblewicz.
Este experto polaco destaca que en Europa "el 40 % de la gente es emprendedora", porcentaje muy superior al registrado en el norte de África y Oriente Medio, que paradójicamente tiene una población mucho más joven, más proclive a montar su propio negocio.
En estas regiones, apunta, "el 60 % de la población tiene menos de 30 años, y por otro lado la tasa de desempleo es una de las más altas del mundo".
"Por eso, en nuestra opinión, recomendamos acción a tres niveles; el primer nivel son instituciones internacionales, como la (UpM), que promuevan la idea del emprendimiento entre los jóvenes, con gestos", comenta Geblewicz.
El premio, entregado el pasado febrero durante el pleno de la ARLEM celebrado en la ciudad española de Sevilla, es un experimento, uno de esos gestos que pueden animar a emprender en la región, y que al menos en Trípoli, cuna de Zimni Jdeed, ya ha entusiasmado.
"A mucha gente les gustó. Estaban orgullosos, les inspiró para continuar sus ideas. Tenemos muchos pequeños emprendimientos en Libia, así que ellos ahora están más dispuestos a continuar con sus proyectos", asegura a Efe Ali.
Este ingeniero informático, ahora a cargo del marketing de la compañía, cuenta que en Trípoli fue "fácil" arrancar en 2016 con la idea de su hermana, que quería actualizar la ropa tradicional que "había caído en desuso".
"La gente ya no la llevaba, porque no es sencilla de usar ni cómoda para trabajar a diario. Ella encontró una forma de diseñar nuevas propuestas que contienen el toque tradicional", cuenta Ali.
La idea fue un éxito y ahora reciben "muchas peticiones y encargos", un desafío frente al que echaron en falta conocimientos específicos sobre el sector de la moda.
Los hermanos aseguran que tuvieron apoyo de las autoridades libias para llevar a cabo su proyecto, ya que, por ejemplo, les ofrecieron formación en aspectos especializados de su área de negocios y les acompañaron para completar el procedimiento legal para constituir la empresa.
Es la clase de ayuda que el premio, que tiene entre sus requisitos que los proyectos cuenten con apoyo de las autoridades, valora y espera poner como ejemplo a otros países.
"En nuestro informe pedimos a los gobiernos nacionales crear buenas legislaciones. Fue fácil crear la compañía en Trípoli, pero no en todos los países es tan fácil, así que tenemos que tener buena legislación", subrayó Geblewicz.