Bucarest, 4 abr (EFECOM).- Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona, el Eurogrupo, celebran mañana en Bucarest una reunión en la que decidirán si autorizan un desembolso de 970 millones de euros a Grecia tras su rescate financiero, y debatirán sobre cómo gestionar el futuro presupuesto del área de la moneda única.

En marzo el Eurogrupo pospuso la decisión sobre el desembolso hasta que las instituciones acreedoras y Atenas lograsen cerrar la segunda supervisión reforzada tras el programa de asistencia financiera, puesto que quedaban flecos pendientes.

Las instituciones tenían dudas sobre la nueva ley de protección contra los desahucios de la vivienda habitual, que finalmente fue aprobada la semana pasada por el Parlamento griego.

Los acreedores lograron arrancar al Ejecutivo de Alexis Tsipras una serie de limitaciones que no estaban previstas en el borrador inicial, pues consideraban que este era demasiado generoso con quienes no pagan aún pudiendo hacerlo, lo que repercute en la alta morosidad de la banca helena.

Esta semana los técnicos de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Mecanismo Europeo de Estabilidad han visitado Atenas para cerrar la revisión.

Según fuentes del Ministerio de Economía español, las instituciones consideran que la ley aprobada es "compatible" con lo que se exigía a Grecia, con lo que esta habría cumplido y el Eurogrupo podría dar luz verde al pago.

Los 970 millones de euros resultan de los intereses generados por los bonos helenos en manos de los bancos centrales nacionales y del Banco Central Europeo, que pertenecen al Estado.

Tras el cierre del rescate en 2018 se acordó entregar esta cantidad a Grecia de forma semestral si continúa cumpliendo lo acordado en el rescate.

Después, se unirán a los ministros del euro los titulares del resto de la Unión Europea (UE) para retomar el debate sobre el instrumento presupuestario para la eurozona, con el objetivo de pactar sus líneas generales hasta junio.

Se centrarán en definir el modelo de gobernanza de este mecanismo, dónde la principal dificultad reside en que debe formar parte del presupuesto general de la UE y, al mismo tiempo, estar dirigido por los Estados del euro.

Además está sobre la mesa la propuesta francoalemana para gobernarlo a través de un acuerdo gubernamental, es decir, fuera de los tratados comunitarios, para permitir así que los países aporten recursos adicionales al margen de sus contribuciones al presupuesto de la UE.

Algunos países se oponen a esta opción, y otros, como España, están abiertos solo si el presupuesto es ambicioso y permite también intervenir en momentos de crisis puntuales, algo que de momento no está garantizado.

Asimismo, hay capitales que proponen condicionar el acceso a los fondos a la implementación de reformas o al cumplimiento de las normas presupuestarias, a lo que se opone España por considerar que equivaldría a "introducir un programa de condicionalidad por la puerta de atrás".

Por otra parte, también dentro de sus esfuerzos por reforzar la eurozona, los ministros pasarán revista a los avances en los trabajos sobre el Sistema Europeo de Garantía de Depósitos (EDIS, en inglés), dónde España y Alemania lideran un grupo técnico.

Desde diciembre, la nueva estrategia del Eurogrupo para desbloquear esta iniciativa, estancada desde 2012, pasa por negociar de forma paralela otras medidas que se consideran necesarias para completar la unión bancaria.

Así, si hasta ahora la condición que ponían países como Holanda para implementar el EDIS era una mayor reducción de la mora bancaria, en el nuevo debate entran también otras medidas para reducir el riesgo, como el control de la exposición a la deuda soberana, la creación de un activo europeo seguro o la armonización de las normas sobre insolvencia.

El objetivo es fijar en los próximos meses una hoja de ruta y avanzar.

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