Valencia, 5 abr (EFECOM).- Los sindicatos de CaixaBank han trasladado sus protestas contra el ERE a la junta que el banco ha celebrado hoy en Valencia, donde el presidente de la entidad, Jordi Gual, ha defendido el ajuste, que afecta a 2.157 empleados, alegando la necesidad de mantener la rentabilidad y anticiparse al futuro.

La junta general ordinaria de accionistas se ha celebrado en el Palacio de Congresos de Valencia, donde durante toda la mañana se han concentrado unos 200 delegados sindicales de CaixaBank de toda España para hacer patente su rechazo al ERE, que desde hace tres meses negocian la dirección y los sindicatos.

Aunque en sus intervenciones iniciales Gual y el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, han evitado referirse explícitamente al ERE, los portavoces sindicales han tomado la palabra en la junta para mostrar su repulsa a los despidos y los traslados forzosos y criticar duramente la gestión de la dirección.

La responsable de Comunicación de CCOO en CaixaBank, Ruth Bolaños, ha recordado que la entidad ganó 1.985 millones de euros en 2018, un resultado que "debería haber sido objeto de celebración y recompensa para toda la plantilla", pese a que la respuesta de la dirección, ha dicho, ha sido poner sobre la mesa 2.157 despidos.

El presidente del Sindicato de Empleados de CaixaBank (SECB), Pedro Manuel Villafañe, ha considerado "inaceptable" que el banco planee acometer despidos cuando la plantilla ha hecho posible la consecución de unos beneficios sin precedentes en 2017 y 2018.

En esta línea, el secretario general adjunto de la Federació d'Estalvi de Catalunya (FEC), Francesc Sabater, ha criticado la "discrepancia" del discurso de la dirección de CaixaBank, que en la mesa de negociación plantea una situación "totalmente catastrofista" de la entidad y ante los accionistas e inversores dibuja un panorama "esplendoroso".

"¿Cuál es la verdad?", ha preguntado Sabater, que ha opinado que Gual "ha roto la paz y la confianza" en el banco y que, o corrige esta situación, o "debería irse". El sindicalista también ha rechazado la reelección de Gortázar como consejero delegado y ha criticado los 'bonus' que cobrará la alta dirección.

En respuesta a estas reprobaciones, Gual ha explicado que el sector bancario se enfrenta a un escenario marcado por la transformación tecnológica, una "enorme presión competitiva", tipos bajos y un cambio de hábitos de la clientela, lo que obliga a las entidades a "reaccionar ante los retos actuales y futuros".

"Es obligación de este consejo velar para que la rentabilidad se mantenga en el futuro para asegurar la continuidad del banco, su adecuada capitalización y el empleo y la generación de renta y riqueza en años futuros. Es preciso anticiparse", ha subrayado Gual.

Gortázar ha felicitado a la plantilla por los resultados alcanzados en los últimos años, pero ha incidido en que el objetivo de la entidad es alcanzar una rentabilidad superior al 12 % de aquí a 2021, lo que obliga a gestionar la empresa siendo "realistas" y pensando en el futuro.

"La situación en que se encuentra el sector es difícil y tenemos que transformar el negocio para adaptarlo a los nuevos tiempos", ha comentado el primer ejecutivo de CaixaBank, quien ha reiterado su voluntad de "llevar a buen puerto la negociación" con los sindicatos para alcanzar un acuerdo sobre el ERE.

Gual ha salido también al paso de la críticas a Gortázar, que ha considerado "injustas e infundadas", ya que en los últimos años el directivo ha mostrado su "entrega total y dedicación" al banco y tiene, ha dicho, "el talento necesario" para afrontar esta nueva etapa, que exige "una enorme capacidad de diálogo".

"Ha demostrado con creces que es capaz de llevar a cabo este reto y cuenta con el apoyo de este consejo y de la gran mayoría de accionistas", ha remarcado Gual, que ha añadido que sería "irresponsable" no acometer al principio del nuevo plan estratégico 2019-2021 los cambios necesarios para conseguir el objetivo de la rentabilidad del 12 % en 2021.

Respecto a las críticas a la remuneración y el cobro de bonus por parte del consejero delegado y de la alta dirección, el presidente de CaixaBank ha asegurado que la retribución es "adecuada y moderada" y "absolutamente apropiada", teniendo en cuenta el tamaño de la entidad y en comparación con otros bancos del Ibex.

La junta de accionistas, que por segundo año se ha celebrado en Valencia, ciudad a la que CaixaBank trasladó hace un año y medio su sede social, ha aprobado las cuentas de 2018 y la gestión de la dirección, así como la política de retribuciones y la reelección como consejeros de Gortázar, Amparo Moraleda, John S. Reed y María Teresa Bassons, y el nombramiento como nuevos miembros del consejo de Marcelino Armenter y Cristina Garmendia.

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